ESPECIAL PERIODÍSTICO

 

 La salud en plural: 

maternar, abortar, decidir

 

 

Por: Wambra medio digital comunitario @wambraec

Publicado 02 de junio 2021

 

La salud no es una sola, pero pluralizarla en castellano tiene sus limitaciones. La definición del diccionario la reduce a las condiciones físicas, pero la salud no es singular. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud tiene tres dimensiones y es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud física –la del diccionario– es aquella entendida como los procesos biológicos del cuerpo. La salud social es la que abarca los factores sociales, económicos, culturales que influyen en el bienestar de las personas. La salud mental es la que se refiere a la capacidad de gestionar los pensamientos, emociones y comportamientos. La salud integral son tres y, sin embargo, la nombramos como una.

Para las mujeres, las niñas y las personas con capacidad gestar el bienestar físico, mental y social está ligado a la posibilidad de disfrutar de una salud sexual y reproductiva plena, sin riesgos, informada, segura y libre para decidir: maternar, abortar o prevenir.

En Ecuador, un promedio de 288.837 mujeres paren cada año; pero también, 21.631 mujeres fueron atendidas por abortos en el sistema de salud cada año. Muchas decidieron estas maternidades, y muchas otras no pudieron hacerlo. También mueren 180 mujeres cada año, en contexto de embarazo, parto y postparto; muertes que, en su mayoría, son evitables.  

En Ecuador el aborto es legal desde 1938, cuando está en peligro la vida o la salud de la mujer, y cuando el embarazo es producto de violación a una mujer con “discapacidad mental”. La causal violación, en abril del 2021, se amplió para todas las mujeres y niñas, después del dictamen de la Corte Constitucional.  A pesar de que el aborto es legal en estas causales, muchas mujeres no han podido acceder a un aborto seguro; incluso, muchas mueren cada año por esta negativa.

El Estado y la sociedad que impide a las mujeres, niñas y sobrevivientes abortar para salvar su vida, su salud integral o por violación; es el mismo Estado y la misma sociedad que niega a las mujeres y niñas vivir una maternidad plena.

En este especial hablamos de mujeres, adolescentes y niñas que decidieron abortar para salvar su vida y su salud integral, y se enfrentaron a un camino lleno de obstáculos en el sistema de salud, a pesar de que el aborto, para ellas, es legal.

Hablamos de mujeres y personas con capacidad de gestar que fueron madres y el Estado y la sociedad las abandona, las aísla y las estigmatiza; poniendo en riesgo su bienestar físico, social y mental, y el de sus hijos e hijas.

Hablamos de mujeres con discapacidad a quienes el Estado les impide decidir sobre su sexualidad plena y las deja fuera de protección frente a las violencias contra sus cuerpos. Frente a esto, proponen y activan una lucha por ser realmente sujetas de derechos.

Hablamos de que al Estado y a la sociedad le cuesta más los embarazos no deseados, las maternidades forzadas, los abortos inseguros; pero prefiere omitir políticas integrales de prevención en salud sexual y reproductiva.

Este especial lo pensamos, lo sentimos y lo realizamos mujeres “diversas y desiguales”:  mujeres que somos madres, mujeres sobrevivientes, mujeres que decidimos no tener hijxs, mujeres que estamos planeando ser madres, mujeres que abortamos.  Tiene cuatro partes pero, como ya saben, es uno solo; al igual que la salud integral o mejor dicho las saludes.

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