Bitácora la fiesta de dos años de Wambra Radio
Por: Roberto Chávez
Y las calles y plazas de esta ciudad no tan franciscana, se pintaron de los colores de la diversidad, porque la Wambra Radio salió a las calles y en la quinta edición de la Gran Jarana, se festejó en todo lo alto los dos años de esta radio joven comunitaria.
Es que la jornada empezó muy en la mañana, donde varias manos se juntaron para organizar cada uno de los espacios de los que se conformaba esta celebración, entre los materiales, refrigerios, disfraces y máscaras nos subimos al Churomovil, la experiencia de radio en movimiento que recorre calles, caminos, pueblos y comunidades, sumando voces y liberando la palabra.
Esta ciudad compleja y convulsionada por el tránsito y su gente, los domingo tiene la particular oportunidad juntarse en las calles de manera distinta, así salen miles de caballitos de acero en un recorrido que cubre el sur, centro y norte de la urbe.
Para la quinta edición de la gran jarana, el sitio de encuentro era la plaza de los presidentes, esa plaza que aún mantiene adoquines y veredas de los primeros años de expansión hacia el norte de la ciudad. Ahí estábamos algunos que llegamos a pie, otros y otras en bus y por supuesto bicicleteros y bicicleteras con disfraces y trajes no habituales para los soleados domingos en UIO.
El sonar de los trompudos de la banda Nuestra Señora de Lourdes, interrumpió el tranquilo trajinar de las bicis en “la zona” que de a poco aglomero a un montón de curiosos y asistentes que empezaron el recorrido y la larga comparsa hasta la plaza de San Francisco nuestro objetivo final.
La fiesta de santos inocentes, tan típica de la sierra ecuatoriana, tiene sus propios personales y representaciones, es así que la vieja chuchumeca, el capariche, el diablo, el payaso y algunos más fueron parte de la murga, donde las coplas y rimas, no solo recordaban esta tradición sino también festejaban el fin de año.
La primera estación del recorrido fue la Plaza del Teatro, esa histórica plaza de conciertos, mítines políticos y celebración de campeonatos futboleros, ahí la Capoeria Angola de los chicos y chicas del grupo Akane de la Casa de Juventud del Sur cambio la fiesta de pueblo por los ritmos y movimientos afrobrasileños.
Entre lo empinadas y complicadas que son las calles de Quito, se llegó hasta a la histórica calle Venezuela, esa misma que acoge negocios, casas patrimoniales, espacios públicos y sobretodo memoria de una ciudad que no se cansa de crecer y descubrirse al nuevo tiempo.
Solo faltaba un último esfuerzo y entre las y los curiosos de la plaza grande, se llegó a San Francisco donde estaba casi todo listo para empezar el festejo. Al sonar de la Banda de Pueblo, el grupo de disfrazados llegó a irrumpir la tranquilidad de palomas y transeúntes que conviven en la plaza a esas hora del domingo.
Y de a poco la plaza se fue llenando, primero familias que bajaban haciendo las compras en San Roque o comprando algún regalo pendiente en el Ipiales, después uno que otro rocker@, punker@, skate o malabarista que escucho de la “tocada”.
Y sin más que las ganas de festejar los dos años de la Wambra y el fin de año, las guitarras, bajos, pianos, baterías y otros instrumentes empezar a confabularse para sacar ritmos rebeldes y transgresivos.
Jaime “El Chamo” Guevara, empezó la fiesta con sus rimas contestarías e historias de la lucha social, después los ex TXK y sus “pintas” rock & rolleras no solo hicieron bailar a los nuevitos en el rock, sino también a aquello y aquellas que en los setenta movían el esqueleto al ritmo de Elvis, Ray Chlarles o Los Hooligans.
La sorpresa no se hizo esperar y en medio de la fiesta, “El Chamo” Guevara volvió al escenario para contarnos a ritmo de decimas el testamento del año 2012, esta tradición que la lleva haciendo por más de 30 años, recuerda a través del humor lo que pasa y lo que no en el país y la ciudad.
La Kinta Planta (los primeros en llegar a la plaza), le dieron color verde, amarillo y rojo a la fiesta, y ese reggae sonaba para continuar en el festejo, después “Tino” Enríquez de Enemigo Público ironizaba con máscaras y disfraces los pasajes e historias políticas del país, y para terminar y ya con el tiempo encima, Suburbia, hizo bailar y cantar a las y los asistentes a la fiesta de dos años de la Wambra Radio.
Este es el primer festejo de algo que se sigue construyendo, de algo que de a poco suma más voces, manos y corazones, que no se cansa de gritar con voz fuerte contra todo lo que los grandes medios de comunicación no quieren decir.
La wambra radio no solo es una radio en internet, esta radio, es un espacio donde nos atrevemos a sonar y soñar y como lo dicen desde el sur del continente, buscamos una radio que sea un orquesta para la resistencia.