FEMINISMOS 

 

Observatorio Paola Guzmán Albarracín, para prevenir la violencia sexual en los espacios educativos

 

 

Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2

Publicado el 11 de octubre de 2022

 

 

A Paola le dijeron en su colegio que había provocado a su profesor Bolívar Espín para que abusara de ella; a las estudiantes que  dieron su testimonio las amenazaron para que no hablen; los docentes y autoridades respaldaron al abusador emitiendo comunicados; a Petita, madre de Paola, le dijeron que la culpa era de su hija. Para que ninguna niña o adolescente, como Paola, vuelva a vivir violencia sexual en el ámbito educativo nace el Observatorio Paola Guzmán Albarracín, un espacio de seguimiento y monitoreo de las acciones de no repetición establecidas en la sentencia de la Corte Interaméricana de Derechos Humanos sobre el abuso sexual que Paola vivió en el espacio educativo. Este Observatorio fue lanzado el 12 de octubre de 2022, en Quito y contó con la participación de Patita Albarracín, madre de Paola, activistas feministas, organizaciones de derechos humanos y académicas. 

 

¿Quién era Paola?

Paola ​​Guzmán Albarracín tenía 14 años cuando inició a ser acosada y abusada sexualmente por Bolívar Espín, el vicerrector del Colegio Dr. Miguel Martínez Serrano, en Guayaquil, donde estudiaba. Producto de estos abusos, Paola se suicidó en 2002, cuando tenía 16 años recién cumplidos. Su madre, Petita Albarracín, buscó justicia por varios caminos: en el espacio educativo, en la justicia civil y en la penal; pero en ninguna logró respuestas. Agotadas todas las instancias nacionales, en 2016 Petita junto al Centro de Promoción y Acción de la Mujer, CEPAM, de Ecuador, en alianza con el Centro de Derechos Reproductivos, CRR, de Colombia, presentaron una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH. El caso de Paola llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Corte IDH, quien el 24 de junio del 2020, declaró la responsabilidad internacional del Ecuador en el abuso que Paola vivió en el espacio educativo. 

La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue la primera en establecer estándares regionales para erradicar la violencia sexual en el ámbito educativo. Además, la sentencia ordena al Estado ecuatoriano varias acciones para la no repetición; es decir, para que otras niñas y adolescentes como Paola no vuelvan a vivir el abuso y la violencia sexual en la educación. 

En este contexto nace el Observatorio Paola Guzmán Albarracín que “tiene como objetivo generar un proceso de monitoreo en el cumplimiento integral por parte del Estado ecuatoriano sobre las medidas de no repetición de la sentencia”, como dice su página web. 

 

Para que no vuelva a ocurrir

Las medidas de no repetición que el Estado ecuatoriano debe cumplir son varias. La primera  dispone una regulación y mecanismos de capacitación, en entidades públicas y privadas, para la prevención y respuesta del acoso y violencia sexual. La segunda, tiene que ver con crear protocolos en el área educativa y de salud, que faciliten la denuncia, confidencialidad, y atención de víctimas y testigos de violencia sexual. Sobre esta medida, en 2020, durante el gobierno de Lenin Moreno, el Ministerio de Educación elaboró un documento denominado “Protocolos y rutas de actuación frente a situaciones de violencia detectadas o cometidas en el sistema educativo”. El documento establece rutas de actuación frente a casos de violencia sexual cometidos dentro de una institución educativa, para casos que ocurran en los espacios familiares, si hay casos de violencia entre estudiantes. Si bien el documento tiene dos años desde su emisión, aún su aplicación real está todavía pendiente. 

La tercera medida de no repetición, tiene que ver con incorporar en los materiales educativos información sobre cómo prevenir la violencia sexual, esto tiene que ver con la necesidad de implementar políticas de Educación Sexual Integral en el sistema de educación. La cuarta, tiene que ver con cambios en los patrones socioculturales, a través de campañas e información. Sobre la educación sexual, Ecuador ha tenido varias políticas de educación en la sexualidad desde 1998. En 2012, frente al crecimiento de embarazos adolescentes y de niñas menores de 14, la gran mayoría por violencia sexual, –Ecuador es el segundo país de la región en embarazos de niñas y adolescentes, según datos de la división de Población de Naciones Unidas–, el Estado inició la Estrategia Nacional Intersectorial de Prevención del Embarazo Acolescente y Planificación Familiar, Enipla. Esta estrategia incluía varias acciones de prevención basadas en un enfoque de derechos, género y laico; sin embargo, en 2015, el entonces presidente de la república, Rafael Correa, terminó con la estrategia e impulsó el Plan Nacional de Fortalecimiento de la Familia, más conocido como Plan Familia, basado en “valores” y el modelo de abstinencia. Lenin Moreno, en 2017, eliminó el Plan Familia,  vía decreto, y en 2018, se implementó el Plan Interseccional de Prevención de Embarazo Adolescente. 

La sentencia de la Corte reconoció a nivel regional que la Educación Sexual Integral es un derecho que sirve como herramienta para prevenir y denunciar la violencia sexual; sin embargo esta en Ecuador es aún un pendiente.  

Por tal razón, el Observatorio busca articular esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil para monitorear que las medidas otorgadas por la Corte se cumplan en realidad y puedan garantizar que ninguna niña y adolescente tenga que vivir lo que Paola vivió en su colegio. 

 

“Para que no le pase a ninguna otra niña”

“Para que esto ya no vuelva a pasar a otras niñas y ninguna otra madre viva lo que yo he vivido, el sufrimiento y todo esto que viví en tanto tiempo”, dice Petita Albarracín, madre de Paola Guzmán Albarracín, durante el evento de lanzamiento del Observatorio que se desarrolló el 12 de octubre de 2022, en Quito, mientras su voz se quiebra y no puede evitar llorar al recordar lo sucedido con su hija Paola. No fueron muchas las palabras de Petita pues estaba un poco nerviosa y triste, a pesar de que para ella la realización del Observatorio que lleva el nombre de su hija, es “maravilloso porque esto es para ser más fuertes y que no siga pasando”. 

El evento contó con la participación de Catalina Martínez Coral, del Centro de Derechos Reproductivos; Lita Martínez, del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, Cepam-Guayaquil; Thelma Fardín, activista y actriz; Esmeralda Arosemena, Comisionada de la Corte IDH; Roxana Arroyo, docente del Instituto de Altos Estudios Nacionales, activista y feminista; Michele Muñoz, del plan Internacional y Ammy, del movimiento por ser niña. 

Durante el desarrollo del evento, la Comisionada de la Corte IDH dijo que hablar del Observatorio Paola Guzmán Albarracín, sirve para que el Estado ecuatoriano tenga presente que “la mujer, las niñas y adolescentes de este bello país y la región estamos dispuestas a que se alcancen, se cumplan todas las obligaciones que como país, Estado parte de la Convención Americana se compromete ante una sentencia de la Corte”. La Comisionada también abordó aspectos importantes sobre la historia y el proceso llevado a cabo en la Corte para obtener justicia por Paola, explicó las responsabilidades que el Estado ecuatoriano tiene para prevenir la violencia en espacios educativos, pues así “todos los niños y niñas ganan, porque tienen derechos, y la obligación es respetarlos y satisfacerlos”.  

Thelma Fardín, actriz y activista, que también enfrenta un proceso judicial por abuso sexual cuando tenía 16 años, en contra del actor y cantante Juan Darthés, cuando filmaba telenovela juvenil Patito feo, dijo “poder tener este tipo de fallos es fundamental para poder erradicar esa sensación de impunidad. Es esperanzador para quienes estamos atravesando un proceso judicial”. El proceso judicial de Thelma ha pasado por tres sistemas de administración de justicia: uno en Nicaragua, uno en Brasil y el oto en Argentina, todo un periplo que hace que una se desgaste, se agote y sienta que nunca va a ver una respuesta, un final. Las víctimas esperamos a ver qué dice la justicia y si la justicia  está a la altura del momento histórico de cambio de paradigma que impulsamos las mujeres y las disidencias”.           

Por su parte, Roxana Arroyo, docente del Instituto de Altos Estudios Nacionales, activista de derechos humanos y feminista, dijo que esta sentencia es un triunfo feminista ya que el feminismo tiene más de tres siglos de construcción y agradeció a Petita, madre de Paola por su lucha “Tenemos una genealogía de ideas tan maravillosa construida por tantas pensadoras, activistas, mujeres que han hecho cosas profundamente generosas como usted: Doña Petita que no solo luchó por hacer justicia por su hija, sino porque no quiere que vuelva a pasar nunca más”.