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Las voces de las mujeres amazónicas en contra de la explotación petrolera y minera

Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2

Publicado 11 de junio de 2022

Mujeres amazónicas y activistas ambientales expusieron sus problemáticas y demandas frente a la explotación y contaminación de sus territorios, durante  la I Cumbre Amazónica de Periodismo y cambio climático, realizada en la ciudad del Puyo

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Helena Gualinga, activista ambiental y parte del pueblo de Sarayaku, rememoró la problemática que atraviesan desde el 2003 por la explotación petrolera. Este pueblo kichwa, el Centro de Derechos Económicos y Sociales, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional presentaron, en 2003, una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en contra del Estado ecuatoriano por permitir que la empresa petrolera CGC entre al territorio del pueblo Sarayaku para explorar y explotar, sin su consentimiento y sin remitirse a la consulta previa, libre e informada.

En 2012, la Corte Interamericana de DDHH falló a favor de Sarayaku; sin embargo, después de 10 años de la sentencia, este pueblo continúa exigiendo que el Estado ecuatoriano cumpla con lo dispuesto en la sentencia.

“Cuando ganamos la sentencia, nos sentimos un poco escuchados”, mencionó Helena y recordó que  la participación de las mujeres es importante en la defensa y la conservación de los territorios. Ella dice, creció rodeada de mujeres valientes y lideresas que siempre lucharon en comunidad.

Agregó que desde la comunicación se pueden contar historias y visibilizar lo que sucede en la Amazonia. La realización de la I Cumbre Amazónica “son espacios necesarios porque comunicadores de varios lugares del país pueden generar reportes más eficientes sobre los pueblos indígenas y la Amazonía”.

Por su parte, Cynthia Nateno, estudiante del tercer semestre de Comunicación Social, pertenece a la nacionalidad Kichwa de la comunidad Jatum Vinillo, dijo que para ella es muy importante que se generen espacios de participación para las mujeres. “Siempre nos han dicho a las mujeres kichwas que debemos estar en la casa cuidando a los niños. Eso no es así, nosotras podemos sobresalir en cualquier ámbito”.

Cynthia exige al Estado ecuatoriano la generación de políticas públicas y un compromiso claro con la conservación de los ecosistemas; además, de la reparación de los territorios que sufren por los derrames de petróleo y la minería. Asimismo expresó estar cansada de las promesas incumplidas por autoridades “quienes nos dicen que nos van a ayudar y eso solo queda en palabras y no generan acciones”.

Tejiendo resistencia 

Mencayn Patricia Nenquihui, presidenta de la Asociación de Mujeres Waoranis de la Amazonía ecuatoriana, AMWAE, junto a otras mujeres de la provincia de Pastaza, Napo y Orellana desarrollaron desde 2005, un proyecto para aportar a la conservación del medio ambiente.

Realizan principalmente artesanías como collares, carteras, todo hecho a mano, con chambira, una planta típica de la Amazonia. De las hojas de esta planta, se extrae la fibra para realizar las diversas artesanías, además es de uso medicinal por sus propiedades curativas. 

Según Mencayn, el proyecto nace porque hace 10 años sobrevivían de la caza de animales del Yasuní, después los hombres empezaron a comercializar las especies nativas de la zona y esa no era la idea. “Nosotros y nosotras queremos preservar y conservar los territorios”, dijo. 

Por eso las mujeres plantearon una forma de producción y de ingresos. Así que empezaron a sembrar cacao en sus chacras, con el que ahora se hace el chocolate que venden, así “apoyamos y pagamos un precio justo a las mujeres waoranis productoras para que puedan mantener la selva”.

“Con este trabajo también contamos nuestra historia, la lucha y la defensa de los territorios de nuestros abuelos y abuelas. Así seguimos manteniendo nuestro idioma, cultura, cantos, leyendas”, añadió Mencayn. Para ellas es importante el cuidado y la conservación de sus territorios.

“El gobierno dice que al explotar nuestros territorios sacarán desarrollo y recursos, pero lo que deja es contaminación en el agua, en los animales, en el Yasuní. La tierra deja de producir y hay muchas enfermedades. Por eso, las mujeres no queremos que sigan entrando a nuestra casa. Seguiremos resistiendo y cuidando”, aseguró la presidenta de la Asociación de mujeres Waoranis de la Amazonia ecuatoriana