Visibilización de micromachismos

dentro de las aulas

 

Patrones de comportamiento abusivo de docente a estudiante, o entre pares

 

1er lugar – categoría fotografía

Por: Asthin Herrera, Tatiana Orozco, Whitney Alvear, Ana Lia García, Andrea Callejas, Pierre Costain

Universidad Internacional del Ecuador 

 

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En las instituciones educativas es posible palpar el abuso por parte de docentes a estudiantes y entre pares, en las aulas existe violencia normalizada y aceptada, denominada “micromachismos” o “micro agresiones”, sutiles e imperceptibles pero que dejan ver el poder, la jerarquía y el control de quienes lo emiten. Estas agresiones no son percibidas como tal y terminan siendo aceptadas por las mujeres a pesar de las marcas psicológicas, sociales y culturales que dejan en ellas y que limitan su desarrollo académico y profesional.

En esta muestra fotográfica revelamos estas conductas normalizadas por los “micromachismos” que se manifiestan mediante palabras, gestos o frases que no son sujetas de vigilancia o sanción institucional, pero que afectan a nivel emocional.

Las microagresiones como violencia de género hacia mujeres se evidencian en el uso de denominaciones ofensivas y abusivas que señalan a la mujer juzgando su conducta, su cultura, sus expresiones, modo de actuar, modo de vestir, costumbres, formación, condición, estilo de vida o sensibilidades a través de lenguaje indirecto, irónico e insinuante.

Esta problemática se encuentra en todos los entornos sociales y formativos, diariamente se observan acciones que constituyen maltrato psicológico por parte de los maestros y compañeros, enmarcando a las mujeres en roles sociales moralistas, diferenciados y limitados.

Muchas estudiantes callan por miedo y vergüenza, esto promueve que nuevos casos ocurran, que no se detecten y sigamos fomentando actitudes machistas.

En conclusión, podemos decir que este tema aborda uno de los muchos problemas sociales que aún no se han eliminado, y que solo lo podremos cambiar con una educación que nos permita ser conscientes de que este tipo de agresiones no son normales, con las herramientas que nos permitan sentirnos protegidas y respaldadas ante una denuncia, y con campañas informativas que den a conocer los mecanismos con los que contamos. Solo así lograremos un cambio en el espacio educativo.