Por: Amigxs forajidxs (lxs de a de veras)

La “Rebelión de lxs Forajidxs”, fue un movimiento popular que se generó espontáneamente entre el 13 y el 20 de abril de 2005 para protestar contra el gobierno de Lucio Gutiérrez y concluyó con la caída de éste, constituye uno de los casos de participación ciudadana y movilización social más importantes en la historia reciente del  país en general y de Quito en particular, reafirmando la histórica identidad de Quito como una ciudad “rebelde”. La presencia activa de mujeres y familias (incluyendo niñxs, adolescentes y abuelxs) en los micrófonos de Radio La Luna, los actos simbólicos y las marchas, autoconvocadas por la ciudadanía fueron claves para su realización.La creatividad con que la ciudadanía quiteña expresó su descontento con el poder político. Esta creatividad se concretó en canciones, carteles, monigotes, graffittis, versos y símbolos como “el cacerolazo”, “el tablazo”, “el mochilazo”, entre muchas otras expresiones culturales. El registro fotográfico y audiovisual así como los reportes que muchas personas -aprovechando la masificación de la fotografía y el video digitales, así como la apertura de ciertas radios- hicieron de estas marchas y actos simbólicos, en respuesta a lo que consideraron la invisibilización de la participación ciudadana por parte de los medios masivos de comunicación.

La participación ciudadana tuvo como correlato una desmesurada represión por parte del poder, que, a medida que aquella iba creciendo, mandó a la policía y al ejército a disparar miles de bombas lacrimógenas contras las manifestaciones. Esta represión causó cientos de asfixiados, heridos, la muerte de dos personas: una joven mujer, que cayó de uno de los tantos camiones contratados por el régimen para las contramarchas y quien fue atropellada accidentalmente por un camión del ejército que venía detrás; y el fotógrafo chileno radicado en Ecuador Julio García, quien cayó la noche del 19 de abril en los alrededores de la Iglesia de San Agustín víctima de la descomunal cantidad de gases lacrimógenos mientras fotografiaba la marcha. El presidente Lucio Gutierréz fue derrocado, pero la impunidad sigue rondando nuestras vidas y nuestros recuerdos.

Después de 10 años juntarnos, significa la posibilidad de juntarnos para recordar, de tener al pasado como un motor de arranque (un motor lleno dolores, de injusticia, de rabia, de impunidad), para el presente que andamos construyendo, para el futuro que queremos y la necesidad de reconstruir resistencias coloridas, en la misma rabia, con la misma indignación. Significa juntarnos para crearnos y para preguntarnos, con qué nuevos tiranos vivimos? Con qué nuevas represiones? Cómo andamos resistiendo? Con qué alegrías? Con qué rabias? Qué nos falta?. Juntarnos para recrear esas calles que no son del poder, ni de los tiranos, son nuestras y las defendemos como defendemos nuestras vidas, nuestra dignidad, nuestra tierra, nuestros cuerpos y nuestras alegrías, como nuestra primera trinchera.

Memorias Forajidas (videos)

 

 

 

 

 

 

 

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