Tres sobrevivientes despiertan de su pesadilla y recuerdan el fuego. Su relato señala a las agentes de Policía Nacional Civil (PNC) quienes, según ellas, las encerraron bajo llave en un salón de clases y no las auxiliaron a pesar de que veían sus cuerpos arder en llamas. “Nos decían que nos pudriéramos”, relató una de las víctimas en unos audios que son reproducidos por Nómada.
Tres de las adolescentes que sobrevivieron al incendio de Hogar Seguro Virgen de la Asunción acusaron a las agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) de encerrarlas bajo llave y no dejarlas salir aún cuando el fuego las consumía en llamas esa mañana fatal del 8 de marzo.
En una sala del Hospital Rooselvelt, donde se recuperan de las quemaduras en rostro y cuerpo, las 3 sobrevivientes, de 17 y 18 años, relataron a autoridades que siguen las pesquisas del crimen que ellas vieron los cuerpos de sus compañeras arder en llamas, que gritaron a las policías que las auxiliaran, pero las agentes las dejaron quemarse vivas.
– Las patojas (muchachas) empezaron a gritar y las policías no hicieron nada. Ni siquiera se movían del lugar donde estaban, contó una de ellas.
El relato de las tres entrevistadas coincide en el orden de hechos que la Oficina del Procurador de Derechos Humanos (PDH), el reporte de la propia PNC y testimonios recolectados por Nómada:
1) Después de alzarse en un motín, una noche antes de la tragedia, un grupo de jóvenes –mujeres y hombres– salió de Hogar Seguro.
– Un día antes del hecho hubo un bochinche en el lugar. Se reunieron hombres y mujeres, adolescentes, nos juntamos todos. Nos fugamos del lugar, nos salimos todos, narró una adolescente en estos audios de los investigadores.
2) La PNC fue tras ellos para capturarlos. Una de las entrevistadas aseguró que desde ese momento los policías las lastimaron:
– Me atrapó uno y me dijo que me pusiera de rodillas, manos en la cabeza, me puso la pistola en la cabeza. Me dijo que a él no le importaba que fuera mujer ni que fuera menor de edad. Nos capturaron y nos llevaron nuevamente al hogar.
3) Al regresar a las instalaciones, en la noche entre el 7 y el 8 de marzo, estuvieron retenidas a las puertas del hogar.
Un acta da cuenta de la resistencia de educadoras y encargadas de Hogar Seguro a recibir de nuevo al grupo que había escapado. Y, según las niñas, las mantuvieron afuera, a orillas del portón, custodiadas por policías hasta la madrugada. Ese documento, que los trabajadores de Hogar Seguro, elaboraron a las 11 de la noche da cuenta de la crisis en plena noche.
Los testimonios hoy revelan que tanto los hombres como las mujeres reingresaron pasada la media noche. Las chicas fueron recluidas un salón de clase.
– Como a eso de la 1 de la mañana, nos entraron a un salón de la escuela. Luego, nos colocaron unas colchonoetas, no nos llevaron con qué nos tapáramos, dormimos al aire libre, solo en las colchonetas, nada más. Un grupo de agentes de la PNC mujeres, nos encerraron bajo llave y nos estaban cuidando.
¿Por qué los aislaron y los dejaron bajo resguardo de la PNC cuando se trata de menores que no registran conflictos legales? El acta de los trabajadores del Hogar Seguro da cuenta que se negaban a recibirlos de nuevo y allí puede encontrarse la explicación al porqué no las llevaron a sus habitaciones, sino las recluyeron en un salón de clases, separados del resto, después de la huida.
En este punto cada chica narra los detalles desde su perspectiva. Una de ellas recuerda que les llevaron comida:
– A eso de las 7 (de la mañana) nos despertaron. Nos llevaron el desayuno, desayunamos tranquilas, todo bien, sin imaginar lo que iba a pasar en ese momento.
Tras comer, según relataron, algunas empezaron a pedir que las llevaran al baño.
– Pedimos a los policías que por favor nos llevaron al baño y los policías no querían dejarnos salir. Dijeron que nos pudriéramos. Mis compañeras, con las mismas colchonetas, hicieron una mini casita ahí y ahí hicieron sus necesidades, relató una de las chicas que se encontraban dentro.
Otra de las sobrevivientes contó que ella se encontraba adentro porque intentaba sacar a su hermana menor, no quería que la trasladaran a otro lugar. Ante la negativa de la policía de llevarlas al baño, las muchachas se alteraron, rompieron vidrios, algunas se hirieron con los cristales rotos.
Las tres adolescentes coinciden en lo que ocurrió dentro del aula: una de las jóvenes retenidas encendió fuego a una colchoneta.
– Esa colchoneta se cayó e hizo contacto con las demás y así fue como provocó el incendio…
Las siguientes escenas son de desesperación. Las niñas cuentan que suplicaron el auxilio de las policías, una de ellas recuerda que vio a una de sus compañeras mientras ardía en fuego.
– Se estaba quemando, ardiendo en llamas, me pidió ayuda. Fue cuando me desmayé, ya no pude ver nada. Cuando desperté, estaba la mitad de cuerpo afuera y la cabeza adentro. Hice todo lo que pude para levantarme y caminar, pero luego las policías me empezaron a pegar, viendo de que yo me estaba quemando y ahogando, detalló.
Nómada publica estos audios, los cuales han sido editados.
Las sobrevivientes relatan que aún cuando gritaban y pedían a las agentes que las salvaran, estas no abrieron la puerta.
– Pedimos auxilio y una de las agentes dijo: que sufran esas desgraciadas, que así como habíamos sido buenas para fugarnos, que fuéramos buenas para aguantar el dolor, relató una de las jóvenes.
Las tres entrevistas afirman que las monitoras o educadoras a cargo del Hogar Seguro no se encontraban cerca. En cambio, se habían encargado de cuidar a los chicos que no escaparon. Todo indica que dejaron a este grupo bajo custodia de policías, un hecho que viola las normas de cuidado de estos menores que nunca han trangredido la ley.
Una de las sobrevivientes pudo ver la reacción de las monitoras.
– Habían unas que sufríamos maltrato por medio de ellas, pero cuando vieron las cosa seria, comenzaron a derramar sus lágrimas allí. Lágrimas que para qué las estaban derramando. Es injusto porque 34 compañeras murieron, unas camino al hospital, otras aquí en el hospital y otras en la escena del crimen.
A medida que avanzan los días, emergen evidencias de qué ocurrió la mañana cuando un incendio provocó la muerte de 40 adolescentes en resguardo estatal.
La tragedia provocó la destitución de los funcionarios de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República. El Ministerio Público solicitó las capturas y una jueza ordenó ayer la aprehensión de Carlos Antonio Rodas, exsecretario, Anahy Keller, exsubsecretaria, y Santos Torres, exdirector del Hogar Seguro.
Aunque parece que de súbito estos exfuncionarios debieron encarar la justicia, en realidad la cita les esperaba desde hacía meses. En diciembre de 2016 y febrero de 2017, dos juezas a cargo de vigilar el bienestar de estos menores, ordenaron al Ministerio Público (MP) someter a proceso penal a los encargados del resguardo de los chicos y chicas tanto en conflicto con la ley como aquellos que, por encontrarse bajo peligro o sin familia o ‘en rebeldía’, son resguardados por el Estado.
En su momento las juezas denunciaron que las condiciones bajo las cuales se encontraban eran infrahumanas y degradantes. No van a tener oportunidad de construir un proyecto de vida, advirtió una sentencia. Un fallo incluso apremió a cerrar el Hogar Seguro mientras se aplicaban cambios de urgencia. La Secretaría de Bienestar Social apeló el fallo. El fuego consumió cualquier esperanza.
Esta nota de Nómada fue hackeada esta mañana. Aquí está el enlace: