DERECHOS HUMANOS

 

Falencias en el censo para la autoidentificación indígena y afroecuatoriana

Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2

Foto de portada: Roberto Castillo

 

Publicado el 14 de noviembre de 2022

En Ecuador se desarrolla el octavo censo de población, el séptimo de vivienda y el primero, de comunidades desde octubre hasta diciembre de 2022. El censo es un proceso cívico, técnico y democrático más grande y necesario del país, según el canal oficial del Censo Ecuador 2022. La información que se levantará servirá para saber cuántos ciudadanos y ciudadanas hay en el país, en qué condiciones viven, su identificación étnica, orientación sexual, identidad de género, condiciones migratorias, entre otras preguntas. 

El censo se realiza en dos etapas. La primera fue en línea y se dio entre el 01 hasta el 31 de octubre. La segunda etapa es presencial y va desde el 07 de noviembre hasta el 18 de diciembre de 2022. Para realizar el censo de manera presencial, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, abrió una convocatoria para 18 mil censistas a nivel nacional. Sin embargo, algunos de ellos, han denunciado pocas garantías para su seguridad durante el proceso; otros en cambio, denuncian que no cuentan con un contrato laboral y que sus derechos laborales no serían respetados. 

Por su parte, la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos denunció que los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas no han sido debidamente considerados para el censo. De igual forma, el pueblo afroecuatoriano y las disidencias sexuales exponen sus preocupaciones y presentan sus exigencias para el proceso del censo 2022. 

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El octavo censo de población, séptimo de vivienda y primero de comunidades se oficializó a través del Decreto Ejecutivo 425 en donde se declaró de interés y prioridad nacional, la realización del censo a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC. El proceso contabilizará a la población del Ecuador de manera virtual y presencial y según el decreto, los y las ciudadanas deben suministrar de manera obligatoria la información que les sea solicitada en la boleta censal. Esta información otorgada será confidencial, según el gobierno, tal como lo establece que artículo 21 de la Ley de Estadísticas: “los datos individuales que se obtengan para efecto de estadística y censos son de caracter servicio; en conciencia, no podrán darse a conocer informaciones individuales de ninguna especie, ni podrán ser utilizados para otros fines como de tributación o conscripción, investigaciones judiciales y, en general, para cualquier objeto distinto del propiamente estadístico censal”.

Sin embargo, se ha generado mucho debate y preocupación en la población ecuatoriana porque el INEC está solicitando la cédula de identidad a las personas censadas. Byron Villacís, economista y ex director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en una entrevista para Radio Pichincha Universal, dijo que es la primera vez que se incluye la cédula en un censo y hacerlo, atenta contra la seguridad de las personas porque en el momento en que se entrega la cédula, se facilita un montón de información, de quienes forman parte de la familia: hijos, hijas, padres y madre u otros. “Incrementa el riesgo de que te hagan suplantación de identidad, persecución política, amenazas con vacunas y secuestros. En momentos como estos, es una locura pedirle a la gente que revele su identidad, peor aún, obligándole”.   

El economista agregó que dentro del censo, tanto en línea como en el presencial, es “obligatorio” agregar la cédula de identidad y no hay una opción para no responder. Pero, la mejor forma de que el censo sea lo más cercano a la realidad, es que la gente no se sienta presionada, obligada o sienta miedo de entregar información, por lo tanto, es posible realizar un censo sin cédula, ya que el objetivo es contar personas y para eso, no es necesaria la cédula. 

Para Villacís, el pedido de la cédula en el proceso censal responde a una “ingenuidad extrema de pensar que estamos en países donde hay instituciones autónomas y no tienen infraestructura tecnológica suficiente. No hay autonomía entre instituciones que manejen esa información”.

Asimismo, Villacís a través de su cuenta en twitter explica las razones por las cuales, es incomprensible la decisión del INEC de realizar el empadronamiento del censo en plena campaña electoral para las seccionales de febrero de 2023. Según el economista, en censos anteriores, el proceso del empadronamiento duraba un día y era realizado por estudiantes. Ahora, el proceso durará varias semanas, las mismas en las que la campaña electoral se intensifica, lo cual provocaría dos efectos negativos:

Uno, los 18mil censistas “podrían influir directa o indirectamente en las preferencias electorales”. Según el economista, cualquiera subjetividad manifestada por los censistas que ingresarán a los hogares ecuatorianos “podrían influir en la campaña electoral”. Mientras que, el segundo efecto negativo es que la campaña política podría influir en las respuestas al cuestionario censal, “Las manifestaciones de rechazo o apoyo político son exteriorizadas sobre todo en épocas de campaña electoral”, aseguró Villacís. 

Y dos, “Los equipos censales inevitablemente se cruzarán con movilizaciones políticas, meetings, marchas, eventos, etc.Inclusive, debido a las condiciones laborales del país, algunos contratados por el INEC podrían también tener trabajos en campañas políticas”.

Por eso asegura que, si ya el censo se retrasó dos años por la pandemia, no iba a pasar nada si se retrasaba tres meses más. “Lo peor que nos puede pasar es que hagamos un censo, si sale mal, afectará al país con datos sesgados por 10 años, mínimo”. Sin embargo, pese a las críticas, el censo hasta el momento, avanza de manera presencial.          

A todo esto, se suma que, el pueblo afroecuatoriano y los pueblos y nacionalidades indígenas, así como organizaciones de derechos humanos han denunciado la falta de participación. También les preocupan los resultados y la falta de sensibilización para que la población ejerza su derecho a la autoidentificación. 

¿Cuál es la preocupación de los pueblos y nacionalidades?

El Ecuador es un Estado intercultural y plurinacional, así lo establece la Constitución y dentro de este Estado, habitan 18 pueblos y 15 nacionalidades indígenas. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie, manifiesta que, la primera etapa del censo en línea, culminó sin mayor conocimiento y participación de los pueblos indígenas. Asimismo, les preocupa que durante la etapa presencial que se está ejecutando, exista una falta de orientación y sensibilización de la población respecto al derecho a la autoidentificación étnica.  Aseguran también que existe “un vacío de criterios o capacitación para que los 18mil censistas interactúen con los pueblos y nacionalidades”. 

Según Ecuador en cifras, el proceso de auto identificación “presupone la construcción de identidades, es el derecho a decidir de manera libre y voluntaria la pertenencia a una nacionalidad, pueblo o etnia”. El censo del 2010 mostró que, de la población total en el país, el 7 % de las personas se identifican como indígenas; de los cuales, el 49.14 % son hombres y el 50.46 % son mujeres.

La Conaie plantea que es importante contratar a jóvenes profesionales propios de las comunidades y territorios, pues el censo de población y primer registro de comunidades “no puede convertir a la población indígena en simples objetos de medición, como ha sucedido históricamente”. Por eso, han mantenido varias reuniones con representantes del INEC para realizar observaciones a los criterios técnicos, metodológicos y estrategias operativas para ratificar el enfoque intercultural y plurinacional; así como el reconocimiento de los sujetos, su estructura organizativa, el derecho a la autoidentificación de la población no solo indígenas, sino afrodescendientes, montubia y otras. Esto con el objetivo de que el censo “no signifique un genocidio estadístico, ni una herramienta política o judicial”, mencionó la organización en su comunicado.

Además, destacan que los resultados del censo deben demostrar las brechas sociales, laborales, económicas, políticas, de salud, educación, alimentación y otras, que viven las poblaciones afrodescendiente, montubia, indígena; así como los los niveles altos de pobreza, pobreza extrema que enfrentan. 

De hecho, el 61.8 % de la población que se identifica como afro, vive en pobreza y el 27.5 % en extrema pobreza. Mientras que, aquellos que se identifican como montubios tienen el 78.6% de pobreza y el 44.1% de pobreza extrema y los indígenas el 80 % de pobreza y el 52.2 % de pobreza extrema, según el informe alternativo: Examen de los informes presentados por los Estados partes en virtud del artículo 9 de la Convención –  Ecuador 2017, presentado por la Fundación de Desarrollo Social Afroecuatoriano Azúcar en enlace con la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora.   

Auto identificación Tasa de pobreza Tasa de pobreza extrema
Afroecuatorianos 61.8% 27,5%
Montubios 78.6% 44.1%
Indígenas 80% 52.2%

Fuente: Examen de los informes presentados por los Estados partes en virtud del artículo 9 de la Convención –  Ecuador 2017

La Conaie, después de varias reuniones entre organizaciones indígenas, afro y montubias con representantes del INEC, expresó las siguientes preocupaciones de fondo y forma:

-El Censo Nacional de comunidades debe tener una cobertura nacional, en las zonas rurales y urbanas. 

-No crear nuevos pueblos sin que hayan tenido un tiempo suficiente para que se consolide su derecho a la autodeterminación

-El INEC debe garantizar un proceso sostenido, en todas las etapas del censo, de promoción y difusión en los medios de comunicación masivos, privados, públicos y comunitarios

-Los equipos de levantamiento de la información deben estar conformados por representantes de las mismas comunidades

-Tener el tiempo suficiente para socializar el Censo 2022 y el cuestionario con las estructuras organizativas.

De igual forma, están preocupados de que el proceso de Censo 2022, “propicie motivaciones que podrían provocar la reducción de la población que se identifican y auto identifican como indígenas, invisibilizar a los pueblos y nacionalidades, reducir la presencia del Movimiento Indígena y su accionar político organizativo, y limitar derechos colectivos en nuestros territorios”, agregó la Conaie. 

En esta misma línea, la Alianza de Organizaciones de Derechos Humanos saco la alerta: Violación del derecho a consulta previa y riesgo de exterminio estadístico para Pueblos Indigenas en el Censo 2022, donde expresa que durante el proceso de las mesas de diálogo, que tuvieron lugar despues de los 18 días del paro nacional de junio, el movimiento indígena bajo el amparo de los derechos colectivos advirtió al INEC, que el censo 2022 debía ser sometido a “ proceso de consulta previa, libre e informada que garantice la consolidación y fortalecimiento del derecho de autodeterminación”. Otra observación fue que las preguntas del censo debían ser acordes a las necesidades y demandas sociales de los pueblos y nacionalidades indígenas. 

Según la Alianza, este primer censo nacional de comunidades no garantiza un adecuado recuento de la población indígena, por lo tanto, tampoco permite generar información estadística confiable porque las organizaciones no fueron consultadas y no tuvieron participación en el diseño ni en la metodología del censo. Tampoco se han realizado campañas de publicidad y se pretende aplicar el censo en los sectores rurales “excluyendo a los urbanos, invisibilizando así a comunidades enteras, que han debido migrar a las ciudades y enfrentan problemáticas específicas, que el censo también invisibiliza”. Por lo tanto, la Alianza se mantendrá vigilante para que el INEC brinde las respuestas oportunas a los cuestionamientos que plantean los pueblos y nacionalidades.     

Pueblo Afroecuatoriano

Jhon Antón Sánchez, docente universitario e impulsor de  la campaña del censo para el pueblo afrodescendiente, señala que entre las principales preocupaciones está que el actual censo tenga una baja participación y una socialización entre el pueblo afrodescendiente, y que al igual que sucedió en el censo del 2010, no vaya a alcanzar las expectativas del conteo de la población afroecuatoriana. 

Antón expone que es preocupante que en el país pueda ocurrir lo que pasó en Colombia y en Perú, donde durante el desarrollo de sus censos en 2017 y 2018, la expectativa del conteo de la población afrodescendiente no fue la esperada. En el caso de Colombia, la población afro decreció un 30 % y eso fue denominado como un “etnocidio estadístico”, lo que generó por parte de organizaciones sociales, una demanda de acción de protección ante la Corte Constitucional colombiana. La sentencia ordenó que se desarrolle un acto reparativo para evitar la subestimación de la población afro en Colombia. “Nosotros no queremos que eso pase en Ecuador. Allí, nuestras preocupaciones”, dice el docente Antón Sánchez.

Según el docente, la pregunta de autenticación sigue siendo la misma que la del censo 2010 “¿de acuerdo a su cultura y costumbre, usted cómo se auto identifica?” y las secciones de respuestas son: mestizas, afroecuatorino o afrodescendiente, negro, mulato, indigena u otros. Para Antón Sánchez, el pueblo afroecuatoriano pasó del 4.6 % en 2001 al 7.02 % en 2010. Sin embargo, hay la preocupación de que los censistas no comprendan la importancia de hacer esta pregunta y de respetar la respuesta. Otra duda es saber sí la ciudadanía tiene claro que se le debe hacer esta pregunta y cómo tiene que responder.  

Por lo tanto, las organizaciones de la sociedad civil del pueblo afroecuatoriano constantemente se han reunido con representantes del INEC para exponer que el proceso del censo no es solo durante el censo, sino la etapa pre-censal, el censo y el post-censo. Para Jhon Antón hay falta de capacitación, “no hemos sido invitados a capacitar a los censistas sobre la importancia de la identificación étnica racial de los afrodescendientes, pueblos indígenas y montubios en el país”.  

Según el académico, la falta de preparación puede ocasionar que los censistas no hagan la pregunta o puedan poner a su libre albedrío, la identificación. También le preocupa la falta de publicidad o socialización, pues el censo está en fase presencial y “todavía no conocemos por los medios masivos de comunicación, una campaña suficientemente robusta que satisfaga los intereses de socialización respecto a la importancia del conteo racial y etnico”; así como las fallas posibles de la cobertura del censo con los dispositivos electrónicos.   

El pueblo afroecuatoriano también ha tomado iniciativa de generar campañas de socialización de auto identificación con principal énfasis en que la población solicite y exiga la pregunta 11 para identificarte como afroecuatoriana o afroecuatoriano

Población LGBTIQ+

Jorge Medranda del área de promoción de derechos de Diálogo Diverso, dice que el censo es una oportunidad en la que pudieron incluir preguntas relativas a la identificación de las personas LGBTIQ+, porque sin datos no se puede construir políticas públicas y mientras el Estado no levante datos de ninguna de sus área: “las personas lgbtiq+ simplemente no existimos”. Las preguntas van alrededor de cómo se ven las personas desde su identidad y sobre su orientación sexual y su identidad de género.   

En 2013, el INEC realizó la investigación: Estudio de caso sobre condiciones de vida, inclusión social y cumplimiento de derechos humanos de la población LGBTI en el Ecuador, donde entrevistó a 2.085 personas mayores de 18 años, en zonas de Quito, Guayaquil, Portoviejo, Machala, Babahoyo, Ibarra, Santa Elena, Salinas, Libertad y Manta. Este estudio constituyó el primer acercamiento que se levantó con información relacionada a las condiciones de vida, situaciones discriminatorias, exclusión y violencia que ha experimentado la población LGBTIQ+. 

“La siguiente oportunidad que vino desde el Estado y que lo habíamos venido conversando desde el 2019 que se nos propuso, era participar con algunas preguntas y diversas asesoría de algunas organizaciones LGBTIQ+ para que puedan salir estás cuestiones que identifiquen a la población. Era importante hacerlo”, dice Medranda. En función de los resultados del censo “veremos si hubo o no un subregistro que sea mayoritario con respecto a las respuestas, si la población aceptó o no acepto estás consultas y si hay una posibilidad de hacer algunos otros estudios a raíz de los resultados que se van a obtener”, agrega. 

Para Medranda, la preocupación más grande es que la población ecuatoriana no haya dado respuesta a las preguntas cómo se espera. Sin embargo, al ser la primera vez, “cualquier respuesta que se obtenga puede ser trabajada”, por lo que espera que a partir de los resultados obtenidos el INEC pueda desarrollar otros estudios. 

Una vez concluido el censo, para Jorge Medranda, lo primero es conocer los resultados y conocer cuáles serán los siguientes pasos para la realización de estudios más puntuales sobre la población LGBTIQ+. Además, espera que el levantamiento de la información contribuya a la creación de política pública, que se vaya convirtiendo en una práctica de Estado el recoger información sobre la población lgbtiq+ para mejorar su acceso a derechos manifestados en el acceso a servicios públicos aptos, amigables e inclusivos.

“Esperamos que las mujeres trans sean consideradas y no excluidas y se puedan dar medidas alternativas de acciones afirmativas que puedan facilitar la vida de estás personas en la sociedad”. Asimismo, esperan que la Asamblea Nacional cumpla con lo que ya ha advertido la Corte Constitucional con respeto al matrimonio civil igualitario y otros casos y dar trámite a las necesidades y requerimientos de las personas LGBTIQ+.