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A 100 años de la masacre obrera en Guayaquil ¿Cuál es la deuda del Estado ecuatoriano con los y las trabajadoras?

 

 

Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2

Foto: Iván Castaneira

 

Publicado 15 de noviembre del 2022

 

 

En Ecuador, el 15 de noviembre de cada año se recuerda y conmemora la masacre obrera de 1922, en la ciudad de Guayaquil perpetrada por parte del Ejército ecuatoriano. Este 2022, son 100 años desde que las calles se tiñeron de sangre durante el periodo del ex presidente José Luis Tamayo. La lucha de las personas obreras por condiciones más dignas de trabajo les costó la vida, sin embargo, los derechos laborales son aún un pendiente para las clases trabajadoras del siglo XXI.

Esa fecha “debe ser recordada como ejemplo para que la lucha de los trabajadores tenga siempre como resultado el beneficio de estos sectores y no de otros que aprovechan su acción o intervienen a lo interno del movimiento, para dividirlo”, resalta el texto 15 de noviembre de 1922: Recuerdo Vivo del Dr. Silvio Toscano Vizcaíno.

A 100 años de la masacre obrera en Guayaquil, la situación de las y los trabajadores de Furukawa es una de las deudas del Estado ecuatoriano en lo laboral.

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Ecuador atravesaba por una crisis económica entre 1920 y 1922, por el descenso del precio del cacao, que era entonces el mayor producto de exportación. Esta crisis colocó al país en una situación de pobreza, afectando principalmente a los y las trabajadoras, quienes fueron despedidos o sus sueldos se vieron más afectados. Como consecuencia, trabajadores ferroviarios de la estación de Eloy Alfaro en Durán realizaron una paralización que iba de la mano con varias peticiones como: la aprobación de una ley de la jornada laboral de 8 horas diarias; ley de accidentes, incrementos salariales, reintegro de personas despedidas, atención médica. 

Estas peticiones fueron rechazadas por la empresa ferroviaria y como resultado, otros gremios sindicales brindaron respaldo a los trabajadores ferroviarios. La respuesta del gobierno de José Luis Tamayo fue enviar militares para que acaben con la huelga, la misma que se intensificó con el pasar de los días y generó la paralización de la ciudad de Guayaquil. Para el 15 de noviembre de 1922, los y las trabajadoras recorrieron la ciudad, los pocos locales que aún quedaban abiertos, fueron cerrados. La policía reprimió a algunos obreros, hirió y detuvo a otros. Horas más tarde, los militares dispararon en contra de la marcha y arrojaron los cadáveres de los obreros al río Guayas. “La matanza es terrible, la relatan todos los historiadores y estudiosos de esta fecha de bautismo de sangre de la clase obrera, cuyo escenario de muerte fue la ciudad de Guayaquil y su mudo testigo el río Guayas”, escribe el Dr. Silvio Toscano Vizcaíno, en su texto 15 de noviembre de 1922: Recuerdo Vivo

Han pasado 100 años de aquella masacre y para Marcela Arellano, primera presidenta del Frente Unitario de Trabajadores, el 15 de noviembre es la emergencia de organización sindical ecuatoriana de trabajadores y trabajadoras en lucha, la cual no ha dejado de permanecer durante el siglo XX y el siglo XXI. En una entrevista para Wambra, Arellano destacó que el movimiento de trabajadores y trabajadoras ecuatorianas emergió con procesos de movilizaciones y huelgas que reivindicaron a todos y todas aquellas que lucharon antes o que terminaron siendo víctimas de los gobiernos de turno. 

A pesar de la lucha emprendida por organizaciones y sindicatos de trabajadores y trabajadoras, el Estado ecuatoriano continúa vulnerando los derechos de los y las trabajadoras. Así lo manifestó la Plataforma Furukawa Nunca Más, quienes a propósito de esta fecha recordaron que por más de 50 años, familias abacaleras han vivido y trabajado en condiciones de esclavitud, para la empresa japonesa Furukawa Plantaciones C.A, fundada en febrero de 1963. 

Desde 2018, un grupo de trabajadores y trabajadoras denunciaron las condiciones inhumanas en las que vivían y trabajaban; desde entonces enfrentan procesos legales en búsqueda de justicia y reparación. Este mismo 15 de noviembre de 2022, las familias abacaleras tenían la audiencia evaluatoria y preparatoria de juicio que buscaba resolver si el gerente y ex gerente de la empresa iban a juicio por estas violaciones de derechos. Sin embargo, la audiencia no procedió por la inasistencia de la defensa de la empresa Furukawa. 

Alejandro Morales, abogado de las víctimas de la empresa Furukawa, durante el proceso penal por trata de personas con fines de explotación laboral, dijo que la audiencia fue convocada hace quince días atrás y una semana antes, la empresa notificó a la jueza, Susana Sotomayor, el cambio de defensor técnico y solicitó diferir la audiencia, pero ese pedido fue negado. 

La audiencia fue debidamente convocada y finalmente se declaró fallida porque el abogado J. Carrión, abogado de la empresa, no se presentó. La audiencia quedó postergada para el 16 al 19 de enero de 2023.  La jueza sancionó al abogado de la empresa Furukawa a pagar una multa de un sueldo básico unificado, pero para el abogado de la familias abacaleras, la sanción al abogado de la empresa  no es representativa. 

De haberse desarrollado la audiencia con normalidad, la Fiscalía como titular de la investigación debía exponer su dictamen acusatorio o abstentivo y las razones que sustentaran dicho dictamen. El abogado de las familias en cambio señala que en esta audiencia, ellos “como acusadores particulares pensábamos exponer las razones por las cuales todo ese daño causado por la empresa hacían viable que se dicte medidas de reparación integral económicas y simbólicas más allá de todo el contexto que sustente Fiscalía”. Esperaban también que una vez que la parte acusada ejerciera su defensa, la jueza Sotomayor se pronuncie sobre el llamamiento a juicio de los procesados o la suspensión del mismo, explicó Morales. 

Organizaciones de derechos humanos se pronuncian 

Después de la declaración fallida de la audiencia, la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, Cedhu, sacó un comunicado donde expresó que después de 100 años de la masacre en Guayaquil, las “prácticas desleales” de empresas como Furukawa Plantaciones C.A siguen vulnerando derechos a los trabajadores y trabajadoras. “Estas prácticas desleales de las empresas que dilatan las audiencias, perjudican a los y las trabajadoras poniendo en riesgo la reparación integral”, mencionó el comunicado. 

La Cedhu exige a las autoridades estatales el cumplimiento de su obligación de precautelar los derechos de los y las trabajadoras, víctimas de eclavitud moderna y de trata de personas. Asimismo, la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos dijo que tras 100 años de la masacre obrera, “las condiciones de trabajo no han mejorado. Casos como el de Furukawa no deben quedar en la impunidad”.