por @kinoraxx
Las naranjas se tomaron Quito en los últimos meses. Decenas de vendedores y vendedoras equipados con una mesa, un exprimidor y un montón de botellas y de naranjas, venden jugo natural de esta fruta, por el módico precio de 1 UDS. El negocio es tan rentable que la venta de jugo se multiplicó en las esquinas, tiendas, en buses, en todo lado.
Pero, la alegría de los vendedores duró poco. La Policía Municipal se dedicó a perseguir, incautar, y en algunos casos, hasta violentar, a las personas que venden jugo de naranja principalmente en las calles. La excusa fue que los vendedores no tenían permiso para vender en la calle. Pese a la represión, las naranjas se seguían exprimiendo.
Hasta que la Secretaría Metropolitana de Salud presentó un estudio donde aseguraba que el 32% de las bebidas de naranja tenían bacterias y no eran aptas para el consumo humano. Este estudio desató un debate sobre todo en redes sociales, la gente habla sobre las condiciones higiénicas de estos jugos, se vanagloria de seguir vivo pese a haber comido ceviche en balde con la corbata al hombro, cevichochos desde tiempo inmemorables, espumilla desde guaguito, mote en funda y con harto ají, pan con cola, encebollado con cédula y así… una interminable fila de platos y bocadillos que forman parte del menú de todo ecuatoriano. Luego se dijo, que el negocio se expande por una mafia internacional, es decir no solo son sucias sino también ilegales.
Estos platos de la comida popular son vistos, no de ahora, sino desde hace mucho como insalubres. A mi memoria vienen las publicidades de hace años, que hablaban sobre la proliferación del virus del cólera en los encebollados que se venden en la esquina; el virus estaba en los baldes, en los platos, incluso en las manos de los vendedores. Pero eso sí, ya nadie se acuerda de las enormes ratas encontradas en una franquicia de comida rápida hace unos meses en Quito ¿Qué pasó con esa sucursal? ¿Ya es salubre? Por cierto, ¿la Secretaría ha hecho un estudio sobre lo sano qué es comer una cajita feliz?
Según la entidad de salud, el estudio se hizo luego de que el Municipio mirara como las naranjas iban ganando cada esquina de esta franciscana ciudad. Y en medio de tanta naranja, hay que anotar que en estas semanas se aprobó un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas y a las gaseosas. Así por cada litro de estas bebidas, pagaremos 0,25 centavos más desde septiembre. Frente a esto, hay quienes se preguntan, si la venta de jugo de naranja está poniendo en peligro la venta de gaseosas y por ello, justo ahora se habla de la insalubridad de estos jugos.
Las personas que venden el jugo en cambio opinan que es una forma decente de ganarse la vida, de sortear el desempleo, de sobrevivir… Y claro, si revisamos las cifras, Quito es la ciudad con más desempleadas y desempleados. Según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos, INEC, la capital en septiembre pasado, tenía una tasa de desempleo del 5,21%.
Y mientras en Quito, seguimos discutiendo si es salubre o no tomar jugo en la esquina, en Colombia, el Ministerio de Salud decretó que las bebidas azucaradas, el néctar de frutas, y otros, deben decir en su etiqueta que no son jugos. Es decir, pese a su linda y aséptica presentación, los jugos de cartón no son jugos y es más, su alto contenido de azúcar ponen en peligro la salud al incidir en la obesidad sobre todo infantil según la institución colombiana.
En conclusión, si a usted no le importan lo que digan los estudios, y no cree en esa clasificación de lo “sano”, o lo “limpio”, destape ya su jugo, y disfrute de algunos memes que recorrieron las redes durante este anaranjado debate.