ENTREVISTAS

Billy Navarrete: «Hubiera sido pertinente un espacio para que otros observar el censo”

 

Entrevista: Verónica Calvopiña y Jorge Cano

Publicado 23 de agosto del 2022

 

 

“La ausencia de información clara y consolidada sobre las personas privadas de la libertad y sus condiciones de vida” son para Billy Navarrete del Comité de DDHH de Guayaquil, la razón por la que se realiza el censo penitenciario.

Navarrete indicó que hay mucha expectativa alrededor de este proceso, pues recordó que, tras las masacres dentro de las cárceles, sucedidas en 2021 y 2022, familiares y organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales, solicitaron al estado información sobre la situación de las cárceles, pero la información entregada para la CDH Guayaquil es dudosa.

También lamentó que el censo no tenga la participación de instancias de la sociedad civil: “Esta necesidad de conocer las condiciones de vida de las personas privadas de la libertad no tiene ojos externos a los que están involucrados directamente. Hubiera sido pertinente que haya un espacio más amplio que otros podamos estar observando el censo”.

La participación de familiares y organizaciones de la sociedad civil, según la CDH, ha estado vetada a pesar de la red de organizaciones conocedoras del tema carcelario en el país: “Es realmente ausente de todo contacto con espacios que necesariamente debían estar participando. Eso como digo hay espacios donde esas voces debieron escucharse oportunamente para el diseño de una pieza tan transcendente como esta”.

Billy Navarrete también señaló que es necesario que la información que se obtenga del censo sea pública y permite crear políticas públicas: “Este censo, si bien es cierto, y ojalá que se cumpla como se tiene planeado, ya esa información nos va a resultar útil. Ojalá sea publica, que no se guarde bajo siete llaves y que no sirva para nada. Ojalá que esa información nos permita para la implementación de una política pública participativa”.   

Finalmente, sobre el aumento de actos violentos en los barrios populares de Guayaquil, Navarrete expresó que: “acá vivimos un ambiente intimidatorio, un ambiente de extendido miedo en relación a la ausencia de mínimas posibilidades de seguridad, de seguridad que brinde el estado, através de la policía y. Hay un deterioro bastante fuerte de credibilidad del rol de la policía dentro de las comunidades. No se confía porque está cooptada. No hay quien proteste sobre la extorsión llamada vacunas, ataques de organizaciones criminales que han expandido su control de forma rápida y también evidente. Nos llama la atención el exhibicionismo de estas prácticas de control de estas economías ilícitas, de control del miedo”.

 

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