Por: Roberto Chávez / @lamalaactitud
Transcripción: Karen Yanza / @YanzaKaren
Les presentamos a…
Alex Alvear es músico ecuatoriano que en los años 80 fue parte de la banda de rock progresivo Promesas Temporales, grupo que también lo conformaban Héctor Napolitano y Hugo Idrovo. A esta agrupación se la reconoce como uno de los referentes de la música urbana de esa época.
Después de residir por más de 20 años en los Estados Unidos, Alex regresa con una compilación de música de su autoría y discos donde encontramos diversidad de ritmos y géneros como el jazz, música folklórica, música ecuatoriana, música latinoamericana, pero sin dejar de lado al rock como su esencia musical.
Pa’ que te piques…
Alex Alvear nos comenta de las diferencias entre hacer música ecuatoriana en los años 80 y en la actualidad, la manera en la cual los músicos buscan la profesionalización y un salto hacia escenarios internacionales.
También pone en debate la forma en la cual como sociedad continuamos importar cultura y siguen siendo limitados los espacios para l@s artistas ecuatorianoa.
Disfruten de leer y escuchar esta entrevista!
¿Cuéntanos un poco de la historia de Alex Alvear?
Soy uno de los cofundadores y codirectores de la banda Promesas Temporales, que nació allá a principios de los 80s. Era una banda de música nueva con un tinte bien especial y sugerente. Es música ecuatoriana mezclada con música caribeña, con rock, con folk, era una ensalada de estilos pero siempre buscando un sonido original y salirnos un poco del molde.
¿Cómo era la música en los 80s?
Bueno yo me crié en un hogar de mucha música de todas partes del mundo, entonces desde música clásica hasta el rock, música folklórica, música mexicana, música folclórica latinoamericana, funk. Un poco de todo. Entonces también me marco desde un principio esta necesidad de nutrirme de muchas cosas, no soy especialista en un solo estilo o no tengo un solo artista que me gusta, no tengo un solo estilo de música determinado porque me apasionan muchas cosas.
Pero en esa época estoy hablando a fines de los 70 principios de los 80 la escena musical era bastante limitada, había muy buenos músicos pero no había información, no había tantas oportunidades para exponer tu trabajo y sobre todo si estabas haciendo una música que se salía de la línea, que en ese entonces era muy fuerte la música con mensaje social inspirados en los Inti-limani y Quilapañun, que se sabían poner el poncho y cantaban con mensajes que eran muy importantes en ese momento histórico.
Sin embargo nosotros éramos unos rockeros, más tirando a hippies, anárquicos. Entonces nuestro lineamiento era más anárquico que tirando a la izquierda o a la derecha. No nos quería mucho para serte honesto de lado y lado porque éramos otra cosa, pero era para nosotros un momento bastante importante a pesar de que no había la infraestructura, que no había tantas cosas que ahora están de sobra, pero decidimos hacer estos proyectos de música original y nunca pensamos siquiera que iba a tener la repercusión y resonancia que ha tenido esa música en las nuevas generaciones de músicos. Ese es el resultado colateral de lo que hicimos, lo cual nos llena de mucho orgullo y satisfacción.
¿Qué empezaste escuchando? En mi caso, mi primer encuentro con la música, con el rock principalmente, fue un acetato de Kiss “Desenmascarados” que tenía mi madre, todavía lo tiene y funciona muy bien. Y en tu caso cómo fue.
Yo escuché Beatles cuando era chico, pero a mí me gustó el rock pesado, bueno para esa época cuando escuché es Steppenwolf, tenía una canción famosa, ahí tendría como 9 años cuando escuché eso y después empecé a descubrir a Grand Funk, The Rolling Stones, Génesis, Led Zeppelin mi favorito, de todos los tiempos. Entonces esa es mi escuela por lo menos inicial, aunque me alejé mucho del rock durante todo este trayecto que me he ido a meter en folclor afro latino, en la salsa, en la música cubana, en el jazz, música brasileña, música africana y tratando de meterme de alguna manera en la música ecuatoriana, siempre buscando todo.
Ahora luego de haber hecho varios proyectos significativos, quiero hacer ahora una mezcla de lo que he hecho hasta hora, ponerle un poquito de rock, venirme de la banda de 8 a 14 músicos, hacer una vaina en cuarteto un poquito más sucio con esa maldad que tiene el cuarteto, un grupo pequeño afincadito y con guitarras eléctricas y ese tipo de cosas, vuelvo a mis raíces rockeras.
¿Cómo nace tu estilo de fusionar rock con folclore?
Para mí, mi encuentro con la realidad musical tradicional del Ecuador me tomó mucho tiempo, yo no me crie en casa, no me criaron así, pero yo vivía en un medio donde la música nacional no era apreciada y no fue hasta mucho más adelante en mi vida cuando cumplí 20 años, tuve una experiencia que me cambió la vida cuando fui a Cotacachi a las Fiestas de San Juan, ahí se abrió todo, vi la luz por fin y desde entonces ya entró un respeto, una apreciación y un amor grande por la música tradicional ecuatoriana y del mundo, me gusta la música tradicional de cualquier país porque es música que no se hace para que esté en los Top 40, en Billboard, ni para vender, es música que corresponde a la naturaleza misma de un pueblo, de una cultura, es la voz ancestral.
Ya cuando estábamos con Promesas Temporales, yo ya incursioné un poco en experimentar, en usar ritmos tradicionales y mezclarlos con mi onda, pero después cuando me fui a Estados Unidos, ya estando lejos, experimentando lo que pasa todo migrante cuando te largas de tu país y estas en un mundo donde nadie te conoce, nadie habla tu idioma, no tienes vecinos, no tienes familia desde donde agarrarte.
Una parte de este proceso es que te llegas a ver en realidad a ti mismo, en esa soledad, en esa ausencia de todo lo que tú hasta cierto punto lo dabas por hecho y parte de eso a mí, como soy músico mi conexión espiritual, sentimental con mi país, yo lo traté de mantener componiendo mis pasillitos, mis san juanitos, mis albazos. Entonces fue un proceso de muchos años de componer esta música y después de más de 15 años que caigo en cuenta que ya tengo un material extenso.
Según la ley de comunicación ahora es obligatoriedad el 1 x 1 para la música nacional. Con base a tu experiencia, ¿hay más espacio, más lugar para la música ecuatoriana?
Hay muchos más espacios, muchos más grupos, hay una cantidad increíble de proyectos musicales en todos los géneros como te decía, algo que en mi época era muy limitado. La cuestión del Internet ha revolucionado muchísimo, el desarrollo musical de la gente. A mí me llegaban los discos que salían en la “Yoni” a los cuatro años, era larguísimo, el casete, el disco se te rayaba y no. Era otra época, ahora te metes en YouTube o te subes al Internet y entras en estos canales y puedes escuchar música de todo el mundo que salió hoy día mismo, puedes escuchar todos los podcast, los conciertos en vivo que tú puedes chequear gratuitamente en el internet, entonces hay un exceso de información que es abismal comparado con mi época.
También tenemos el lujo de tener ya estudios formales de música no clásica, hemos tenido el conservatorio siempre pero ahora hay dos universidades que tienen especializaciones y que en cierto modo son en parte responsables de que se haya subido el nivel técnico de la capacitación de los músicos, sin embargo también hay muchos músicos que están haciendo cosas por su cuenta porque la información y el conocimiento es poder.
Entonces son muchos factores, pero yo sí creo que el primer factor es el Internet, si tienen acceso a información que ya no está guardada para un grupo selecto.
En este sentido también podríamos ver que mucha de la música ecuatoriana no tienes la posibilidad de un campo tan amplio sino que parece que se está quedando solo acá o solo está en un selecto grupo de gente que está escuchando música.
Yo creo que el problema básico en ese sentido es la falta de industria, o sea tenemos gestores, tenemos productores y gente que está sacando música a diario, música muy buena, pero no hay un industria todavía que esté capacitada como para vendernos, para explotar la música que producimos primeramente dentro del país, pues vivimos totalmente fragmentados.
Entonces hay que tratar de empezar por casa, en la producción de artistas nacionales y también si hay una industria que tiene conocimiento del mercado internacional y que tienen acceso a todos estos circuitos y redes.
La música ecuatoriana todavía no puede salir, pero hay un problema muy básico y es que todavía no nos queremos, nos estamos queriendo de a poco, por eso siempre le apastamos a lo de afuera, le apostamos a lo que ya conoce la gente como esto la canción de los Beatles “All You Need Is Love”, que todo el mundo conoce y por eso estamos vendiendo la marca Ecuador desde ella.
Pero nosotros tenemos mucho que ofrecer y no lo vendemos, entonces hay que generar esta confianza, este amor propio que debemos tener por todo el aspecto que conlleva ser un ecuatoriano no solo artista, y que se fomente la industria dentro y fuera del Ecuador.