un cuento infantil para niños y niñas grandes

Por: Juana

El presidente Correa en una de sus sabatinas dijo que la izquierda que propuso cosas tan infantiles como el Derecho a la Resistencia en la Constitución, es tan pero tan inmadura, niños adultos, guaguas mocosos con quien no se puede dialogar. Esto más que motivarme a envolverme en papel telégrafo para madurar rápido como aguacate y pasar la edad permitida para entrar al diálogo por la justicia y la equidad, me dio unas ganas locas de escribir cuentos infantiles para niños y niñas grandes, y con esto tener un pretexto para juntarnos en un parque, podría ser el arbolito, para jugar, leer cuentos y escribir otras historias, así bien bonitas, divertidas, como las que canta la Amparo Ochoa en el mundo al revés, otras historias sin reyes, tan pero tan maduros y adultos que apunto están de caerse del árbol.

Al rey se le caen los pelos

Me encantan las imágenes. Y para contar este cuento lo quiero hacer con muchas imágenes, que ustedes se las tendrán que imaginar porque yo no sé dibujar.

Esta es la historia de un rey guapo, buen mozo, casado con una reina, guapa buena moza, de un reino lejano allá en la belga.

(Imagen del rey guapo)

Este rey guapo llegó a ser rey, porque el pueblo cansado de reyes feos y apestosos, le entregó la preciada llave del reino de carondelet.

(Imagen del pueblo dándole la llave al rey)

Este rey sacó a los malévolos seres gringos de manta, hizo una gran asamblea, donde todo mundo estaba emocionado en participar, comer, dar, poner, aportar.

(Asamblea de mucha gente)

Pero un día, el rey, cambió.

Los pelos se le empezaron a caer, las arrugas por todas partes, especialmente aquella que está en medio de las cejas. Es que el rey se enoja mucho, frunce el ceño y bueno… arrugas por todos lados, una panza le ha salido y el que antes no dejaba de sonreír, hoy le cuesta esbozar una sonrisa, le sale falsa, le cuesta, le pesa reír.

(rey fruncido con pelos en sus manos)

El rey está cansado, se está quedando sordo y ciego, unos dicen que haberse convertido en el pasado sin darse cuenta le está pasando factura, otros dicen que sus mellizos asistentes le han causado el mal.

(dos cabezas de zapato y un socialcristiano tapándole los oídos)

Ya sin pelos el rey no tenía como esconder sus más oscuros gustos. El rey ama el oro y coincide con aquellos seres del reino lejano de china, donde se cuenta que el pueblo respira aire maloliente en jornadas de explotación sin fin.

(chinos con lingotes de oro en Tundayme y Kimsacocha)

El rey ama el cobre y prefiere el capitalismo moderno antes que el infantil modelo comunitario.

Al rey le disgusta el imperio yanqui y el colonialismo del bid, pero ama la educación yanqui y la de la corona española, más aún si es vía Skype y de millonaria paga, o si con ella cierra escuelas comunitarias. A esto Buen vivir le llama.

Al rey le molestan, le irritan los pueblos indígenas insumisos, le molestan los obreros, le fastidian las mujeres feministas, le joden los estudiantes organizados, odia a los ambientalistas y más aún si son jóvenes, para todos ellos cercó su castillo, ha construido nuevas cárceles y nuevas leyes que impidan que se le acerquen, y si apenas huele su presencia se va de viaje lejos, muy lejos, allá donde esas molestas voces no lleguen a sus sensibles oídos.

( rey tapándose los oídos mientras Indígenas, mujeres, obreros, estudiantes gritan)

Al rey, le molesta el pueblo, su ruido, su voz, su alegría, su resistencia.

El rey no escucha, está sordo. Al rey se le caen los pelos.

(el rey sin pelos)

El pueblo quiere las llaves de vuelta.

(#Levantamiento)