Nemonte Nenquimo: es hora que nos escuchen

 

Por:  Ana Acosta @yakuana

Ilustración Mandy V Malavé @1996_inc

Carta:  Nemonte Nenquimo, líder Waorani *

 

“Soy una mujer Waorani, una madre, una líder de mi pueblo y la Amazonía es mi casa. Les escribo esta carta porque…”. Así inicia, Nemonte Nenquimo, una carta dirigida hacia los presidentes de nueve países amazónicos y a varios líderes mundiales a quienes responsabiliza del “saqueo a la Amazonía”.

La voz de Nemonte, como mujer indígena de la Amazonía de Ecuador,  tomó impulso cuando su rostro y  su nombre fueron la portada de la Revista Time como una de las 100 figuras más influyentes del mundo, en septiembre de 2020. Nemonte aparece junto a líderes políticos, como el electo presidente de Estados Unidos Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris; junto a artistas, como Selena Gómez o el colectivo Las Tesis de Chile; entre otras.

La presencia mundial de Nemonte y la lucha del pueblo waorani se hizo aún más fuerte cuando el 30 de noviembre de 2020 recibió el Premio Golman  conocido como el “Nobel Ambiental”, que otorga la Fundación Goldman cada año a defensores del medio ambiente de todo el mundo. Las razones, las explica así la publicación del premio: “El liderazgo de Nenquimo y la demanda legal establecieron un precedente para los derechos indígenas en Ecuador, y ahora otros pueblos siguen su ejemplo para proteger otras extensiones de bosque lluvioso contra la extracción petrolera”.

El pueblo Waorani, en 2019, impulsó una Acción de Protección –mecanismo constitucional de derechos– y logró un dictamen favorable del Tribunal de Garantías de Pastaza. El gobierno de Lenin Mereno  a través de la  Procuraduría General del Estado y el Ministerio de Energía y Recursos No renovables interpuso una acción legal contra la sentencia; pero la Corte Constitucional –el más alto organismos del Estado–, en noviembre del 2019, negó el pedido. De esta forma, la sentencia favorable que logró el Pueblo Waorani se mantuvo y con esto la protección de 180 mil hectáreas de territorio,  la prohibición de explotación petrolera y el reconocimiento del derecho a la Consulta Previa Libre e Informada a 12 comunidades Waorani de la Amazonía.

Nemonte Nenquimo como Coordinadora General del Consejo de Coordinación de la Nacionalidad Waorani del Ecuador – Pastaza (CONCONAWEP) lideró la acción legal y  la campaña #ResistenciaWaorani por la defensa de 3 millones de hectáreas amenazadas por empresas de extracción de petróleo, minería y madera. Es así como Nemonte, con 33 años, se convirtió en un referente de la lucha ambienta y de los derecho de las mujeres indígenas en Ecuador y el mundo.

 

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La carta de Nemonte continúa así:

“Les escribo esta carta porque los incendios siguen quemando. Porque las compañías están derramando petróleo en nuestros ríos. Porque los mineros están robando oro (como lo han estado haciendo durante los últimos 500 años) dejando atrás piscinas abiertas y toxinas. Porque los invasores y extractivistas de tierras están talando los bosques vírgenes para que su ganado pueda pastar, sus plantaciones puedan crecer y el hombre blanco pueda comer. Porque nuestros ancianos están muriendo de coronavirus y, mientras, ustedes planean sus próximos movimientos para explotar nuestras tierras y estimular una economía que nunca nos ha beneficiado. Porque, como pueblos indígenas, estamos luchando por proteger lo que amamos: nuestra forma de vida, nuestros ríos, los animales, nuestros bosques, la vida en la Tierra. Y es hora que nos escuchen.

En cada uno de los cientos de idiomas diferentes de la Amazonía, tenemos una palabra para ustedes, los extraños. En mi idioma, el WaoTededo, esa palabra es «cowori». Y no tiene porqué ser un insulto pero ustedes la han convertido en eso. Para nosotros esa palabra (y, de una manera terrible, su sociedad), significa: El hombre blanco que sabe demasiado poco para el poder que ejerce y el daño que causa.

Probablemente no estén acostumbrados a que una mujer indígena les llame ignorantes y, menos aún, en un escenario como éste. Pero los pueblos indígenas tenemos algo claro: cuanto menos sepas sobre algo, menos valor tiene para ti y es, por lo tanto, más fácil de destruir. Y por fácil, quiero decir: sin culpabilidad, sin remordimientos, sin sentirse estúpidos e, incluso, con todo derecho. Y esto es exactamente lo que nos están haciendo a nosotros como pueblos indígenas, a nuestros territorios de selva tropical, y también al clima de nuestro planeta.

Nos llevó miles de años conocer el bosque de la Amazonía. Entender sus formas, sus secretos, aprender a sobrevivir y prosperar con ella. Pero mi pueblo, el Waorani, sólo les conoce a ustedes desde hace 70 años (fuimos «contactados» en los años 50 por los misioneros evangélicos americanos) pero aprendemos rápido, y no son ustedes tan complejos como lo es la selva.

Cuando ustedes dicen que las compañías petroleras tienen maravillosas y nuevas tecnologías que pueden extraer el petróleo de debajo de nuestras tierras como los colibríes chupan el néctar de una flor, sabemos que están mintiendo porque vivimos río abajo de los derrames. Cuando dicen que la Amazonía no se está quemando, no necesitamos de imágenes de satélites para probar que están equivocados: nos ahogamos con el humo de los frutales que nuestros antepasados sembraron hace siglos. Cuando ustedes dicen que están buscando urgentemente soluciones climáticas y sin embargo continúan construyendo una economía mundial basada en la extracción y la contaminación, sabemos que están mintiendo porque somos los más cercanos a la tierra, y los primeros en escuchar sus llantos.

Nunca tuve la oportunidad de ir a la universidad y convertirme en médica, o abogada, política o científica. Mis pikenani son mis maestros. El bosque es mi maestro. Y he aprendido lo suficiente (y hablo mano a mano con mis hermanos y hermanas indígenas de todo el mundo) como para saber que han perdido el rumbo, que tienen un problema (aunque todavía no lo entiendan del todo) y que su problema es una amenaza para toda forma de vida en la tierra.

Forzaron su civilización sobre la nuestra y miren ahora donde estamos: pandemia global, crisis climática, extinción de especies, y, guiándolo todo, una pobreza espiritual generalizada. En todos estos años han estado sacando, sacando, y sacando de nuestras tierras y no han tenido el coraje, o la curiosidad, o el respeto suficiente para conocernos. Para entender cómo vemos, y pensamos, y sentimos, y lo que sabemos sobre la vida en esta tierra. Tampoco puedo enseñárselo ahora con esta carta. Pero lo que sí puedo contarles tiene que ver con miles y miles de años de amor por este bosque, por este lugar. Amor en el sentido más profundo de la palabra: respeto. Este bosque nos ha enseñado a caminar ligeramente, y porque le hemos escuchado, porque hemos aprendido de él y le hemos defendido, nos lo ha dado todo: agua, aire limpio, alimento, medicinas, felicidad, espiritualidad. Y ustedes están quitándonos todo esto, pero no sólo a nosotros, sino a todas las gentes del planeta y a las generaciones futuras.

Es de madrugada en la Amazonía, justo antes del amanecer: un momento que, para nosotros, está destinado a compartir nuestros sueños y nuestros pensamientos más profundos. Así que aprovecho para decirles a todos ustedes: La Tierra no espera que la salven, espera que la respeten. Y nosotros, como pueblos indígenas, esperamos lo mismo.”

 

* Nemonte Nenquimo es cofundadora de la organización sin fines de lucro dirigida por los indígenas, Alianza Ceibo, la primera presidenta de la organización waorani de la provincia de Pastaza, una de las 100 personas más influyentes en el mundo nombrado por TIME y ganadora del Premio Goldam 2020.