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Inicio del año escolar: entre el aumento del trabajo infantil y la deserción escolar
Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2
Publicado el 02 de septiembre de 2022
En la región Sierra y Amazonía, las clases presenciales iniciaron este 1 de septiembre de 2022. Más de 1.7 millones de estudiantes asistieron a las aulas para este ciclo escolar. Sin embargo, hay preocupación por el aumento en las cifras de trabajo infantil y en la deserción escolar.
En 2019, aproximadamente 268 mil niños y niñas ya estaban fuera del sistema educativo y más de 187 mil tenían rezago escolar. Para el 2020, la cifra se ubicó en alrededor de 90 mil estudiantes fuera de las aulas. La tasa de abandono entre el 2021-2022 fue del 1.77%, según el Ministerio de Educación.
En este nuevo ciclo escolar ¿Cuál es la situación actual de los y las estudiantes y las instituciones educativas?
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La pandemia por Covid-19 tuvo un fuerte impacto en las condiciones de vida de los y las ciudadanas en Ecuador. La pérdida de vidas humanas golpeó fuertemente al país principalmente en las provincias del Guayas, Los Ríos, Manabí y Pichincha. Aunque la prioridad era limitar la pérdida de vidas humanas, la pandemia generó una crisis que afectó de manera significativa otros ámbitos para el bienestar de las personas, como la economía, el empleo, el estado emocional y el acceso a educación, según un informe sobre el Impacto Social del Covid-19 en Ecuador: Desafíos y Respuestas, del Centro de Desarrollo ODCE, 2020.
El mismo informe revela que “uno de los canales de impacto más relevantes de la crisis del Covid-19 tiene que ver con el cierre de escuelas, que provocó distorsiones importantes en los sistemas educativos y que podría generar impactos desiguales entre diferentes grupos socioeconómicos”, debido a que la tecnología fue utilizada como instrumento para reemplazar las metodologías de educación presencial tradicional en el país.
En consecuencia, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef Ecuador, dijo que los efectos del cierre de las instituciones educativas “son devastadores y los niños y niñas en situación de vulnerabilidad pagan el precio más alto”, ya que el no asistir de manera presencial a las escuelas o colegios afecta su bienestar, seguridad y desarrollo, pues es en esos espacios donde reciben educación, alimentación y protección. La entidad también aseguró que mientras mayor sea el tiempo en que los niños, niñas y adolescentes permanezcan fuera de las instituciones educativas, mayor sería la probabilidad de que no regresen.
Según Unicef, en Ecuador cerca de 90 mil estudiantes estaban fuera del sistema educativo en 2020, pero, esa situación “exacerba la preexistente, aproximadamente, 268.000 niños ya estaban fuera del sistema educativo y 187.277 tenían rezago escolar”. Asimismo, el cierre de las escuelas y centros de desarrollo infantil impacta en la alimentación de la niñez, especialmente de los más pequeños y en condiciones más vulnerables. Además, están más expuestos a la “violencia, el abuso y el trabajo infantil”.
Estos escenarios previstos por UNICEF se reflejan en la últimas cifras principalmente de trabajo infantil. Así, Jonathan Báez, economista y docente de la Universidad Central, en el marco de la conmemoración a la lucha contra el trabajo infantil, que se realiza el 12 de julio de cada año, publicó cifras de trabajo infantil en Ecuador. El economista en su texto: Gobierno del reencuentro con el trabajo infantil revela que la problemática ascendía al 10 % para diciembre de 2021, es decir, 10 de cada 100 niños y niñas entre 5 y 14 años trabajan.
Según Báez, estas cifras no se habían visto desde hace 14 años; además, significan un incremento en relación al 2019, “cuando el trabajo infantil ya estaba en pleno incremento, adicionando niños y niñas a trabajar en lugar de disfrutar su infancia, debido a las condiciones desiguales del país”. Es así que para el 2021, alrededor de 375 mil niños y niñas están en condiciones de trabajo infantil. De acuerdo, al análisis del economista Báez, las cifras indican que, “se vieron obligados a trabajar para solventar las economías de las familias; probablemente también obligadas a dejar los estudios”.
Estos datos se plasman en la realidad de las escuelas y colegios. Isabel Vargas, presidenta de la Unión Nacional de Educadores, UNE, dijo que algo que le preocupa sobre la deserción escolar, es el aumento del trabajo infantil por lo que “nosotros requerimos el plan de inserción escolar urgente. Por parte de los maestros, mediremos quien ha regresado y quien no, en estos días”.
En 2021, 120 mil estudiantes desertaron del sistema escolar según el Ministerio de Educación.
Reabrir las escuelas
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef Ecuador, mencionó en febrero de 2021, que Ecuador debía avanzar con la reapertura de manera progresiva de escuelas como prioridad en el país, para evitar una crisis de aprendizaje y una afectación aún mayor del bienestar de niños y niñas. Para finales de 2021, el Ministerio de Educación anunció un retorno paulatino a las clases presenciales en Ecuador en todas las regiones. Sin embargo, eso no pasó en todos los colegios
Para este 1 de septiembre de 2022, más de 1.7 millones de estudiantes empezaron clases en el régimen Sierra y Amazonía con una inversión de más de 221 millones de dólares con el objetivo de “brindar a los y las estudiantes las condiciones que permitan su desarrollo integral”, según el Ministerio de Educación. Asimismo, para “asegurar a todos y todas las mismas oportunidades de aprendizaje”, el gobierno invirtió más de 30 millones en textos escolares para instituciones fiscales.
Andrés Chiriboga, viceministro de gestión educativa, en una entrevista para una cadena televisiva ecuatoriana, dijo que de las 12.500 infraestructuras que tiene el Ecuador han atendido 5.200. En cuanto a estudiantes matriculados hasta el momento son más de 1.7 millones, sin embargo, el ministro espera que con las matrículas extraordinarias sean más de 1.8 millones y que hay cupos para “absolutamente todos”. Pero, puede darse que algunas instituciones por la alta demanda se queden sin cupos y eso significa asignar cupos para otras instituciones sobre todo cuando no se han realizado los procesos de matriculación correspondiente.
Por su parte, Isabel Vargas, presidenta de UNE, dijo que con respecto a las declaraciones del viceministro, él no indica que algunas de las instituciones fueron restauradas con cuotas de padres de familia y que para este año lectivo, estaban destinados para infraestructura y mantenimiento en el Plan Anual de Inversiones, 495 millones de los cuales, solo se han ejecutado 135 millones. Para Vargas, eso significa que “no hay voluntad política porque el presupuesto está planteado, pero no se lo está ocupando”. Según las cifras, además, en infraestructura nueva solo se han utilizado 172 mil dólares, tomando en cuenta que cerca de 270 mil estudiantes emigraron de la educación privada a la pública, sumando al crecimiento de la población estudiantil, que a la par crece con el número de estudiantes en especial en la educación pública.
Según el viceministro de gestión educativa, en el régimen Sierra y Amazonía regresan 1.807 instituciones de sostenimiento particular, sean privadas o fiscomisionales y de estas, “148 no cobran pensión de ningún tipo. La educación particular es principalmente popular, hablamos de que 1.071 instituciones cobran menos de 100 dólares de pensión mensual. El posicionamiento de que la educación particular es de élite, es relativo, porque apenas 50 instituciones cobran pensiones de más de 400 dólares”.
Con respecto a los útiles escolares, el viceministro Chiriboga aseguró que las instituciones educativas no pueden referir un lugar exclusivo para la compra de libros, pero, en caso de presentarse alguna situación de esas, dependerá del tipo de educación que cada padre o madre haya escogido para sus hijos e hijas. Señaló que lo único que pueden hacer desde el ministerio de Educación es controlar que se pida el material necesario. Asimismo, llamó a que la ciudadanía denuncie irregularidades, a través de las cuentas oficiales del ministerio.
En contraste, la presidenta de la UNE dijo que el ministerio de Educación entregó libros que no están actualizados y que no están llegando a todos los y las estudiantes. También discrepó con la ministra de Educación, María Brown Pérez, sobre el costo de los útiles escolares. La ministra había señalado públicamente, que las listas de útiles no costarían más de $30; a lo que Vargas dijo “ella tiene otra economía, la invitamos que vaya a las papelerías, a las casas de nuestros estudiantes donde muchos tienen apenas un dólar con sesenta centavos para vivir. Esa es la realidad”.
Isabel Vargas, dijo que otro de los puntos que le preocupa es la reforma a la malla curricular mediante ACUERDO Nro. MINEDUC-MINEDUC-2022-00010-A que “fue construida desde el escritorio del ministerio de Educación sin el consenso de padres de familia, docentes, estudiantes y eso es ilegítimo”. Según Vargas, la reforma a la malla curricular disminuye las horas de matemáticas, lengua, física, educación física, entre otras materias, bajando de 35 horas pedagógicas a 25 horas y lo que se está haciendo es “reducir a los docentes y esa es la principal preocupación porque se está perjudicando a los niñas, niñas y adolescentes”.