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El Fenómeno de El Niño y la protección de las mujeres frente amenazas ambientales

 

Por: Diana Ante @Diana_Ante

Publicado 23 de noviembre del 2023

 

Ante el arribo inminente del fenómeno de El Niño en Ecuador para finales del 2023, las autoridades estiman afectaciones e impactos en 17 provincias del país. El aumento del impacto del fenómeno tiene una relación directa con los efectos del Cambio Climático ¿Qué podemos hacer para prepararnos y prevenir?

En este artículo comparto una estrategia para enfrentar el cambio climático con perspectiva de género. Esta iniciativa que se desarrolló en Esmeraldas, una de las provincias con mayor probabilidad de afectación, combina mis estudios en marketing y cambio climático y busca crear espacios de comunicación sobre eventos naturales y reducir los impactos en las mujeres afrodescendientes que somos el sector más vulnerable ante estos eventos, para actuar y ser las protagonistas sobre los problemas que amenazan a nuestras comunidades.

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Los primeros meses de 2023, el mar frente a las costas de Ecuador mostró un rápido y anómalo calentamiento, que provocó el desarrollo de una época lluviosa, con un impacto en la vida de las poblaciones como inundaciones y movimientos en masas (MM): deslizamientos, aluviones, hundimientos, entre otros.

Dichas anomalías en la temperatura superficial del mar en Ecuador, aumentan la probabilidad de ocurrencia del Fenómeno de El Niño. Este evento climático produce el calentamiento de la superficie del Océano Pacifico ecuatorial y provoca fuertes inundaciones, así como sequía en otras partes del mundo.

Para el 5 de mayo, el Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño, ERFEN, estableció un sistema de aviso nacional para el fenómeno. Este estudio es realizado por personas expertas de América Latina y el Caribe en: oceanografía, meteorología, climatología, biología, ingeniería pesquera, y reúne estudios e informaciones sobre el clima marino y sus variabilidades con énfasis en los eventos de El Niño y La Niña. El estudio, además, prepara reportes técnicos destinados a los gobiernos, a las instituciones técnicas y a los sectores productivos y sociales.    

Es así que el 15 de mayo de 2023, la Secretaría de Gestión de Riesgos, emitió la “Alerta Amarilla” por la probabilidad de ocurrencia del fenómeno. Ya para el lunes 18 de septiembre, el presidente Guillermo Lasso anunció que su gobierno cambió la alerta de amarilla a naranja; es decir el país pasó de una etapa de prevención a una etapa de preparación, ante el arribo inminente del Fenómeno de El Niño a las costas del país. Con lo cual, 488 parroquias pertenecientes a 143 cantones de 17 provincias, se verán afectadas.

Según las autoridades, se espera que el fenómeno de El Niño arribé en el último trimestre de 2023, a partir de octubre o noviembre y que alcance sus niveles máximos de precipitaciones entre febrero y marzo de 2024.

 

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El Niño y el Cambio Climático

Las ciudades en América Latina y el Caribe se enfrentan constantemente a crisis relacionadas al costo de vida, a la salud, la educación y el empleo, que se agravarán con los efectos del cambio climático. Es así que, en 2015, 193 líderes mundiales aprobaron la Agenda 2030 y los 17 objetivos Desarrollo Sostenible ODS, que promueven el desarrollo económico y social, el cuidado del medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Uno de los objetivos en cuestión y en el que enfocó mis iniciativas como activista ambiental, hace referencia a tomar acción urgente para combatir el cambio climático y sus impactos (ODS 13). Sin embargo, producto de la pandemia de la COVID-19 y otros eventos, han amenazado el avance de los objetivos.

Según varias personas expertas, El Niño no vendrá en condiciones habituales, ya que el calentamiento global y la crisis climática podrían incidir en su comportamiento. En julio de 2023, Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, alertó que El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y un calor extremo en muchas partes del mundo, incluidos los océanos.                      

En un artículo publicado por Cristina Márquez en junio del 2023, se menciona que la relación entre el Fenómeno de El Niño y el cambio climático ha generado un amplio debate para la ciencia. Hay expertos que aseguran que no hay suficiente evidencia para vincularlos; sin embargo, otros científicos afirman que ambos fenómenos podrían interactuar. El artículo cita a Marco Sinaluisa, investigador ambiental de la Universidad  Técnica de Ambato, quien afirma que “El calentamiento de las aguas superficiales del Océano Pacífico, que es una característica clave de El Niño, puede ser más pronunciado debido al aumento general de las temperaturas del océano, causado por el cambio climático. Esto puede resultar en un Niño más fuerte y duradero”.

Ecuador ha soportado este proceso climático en numerosas ocasiones, pero los de mayor magnitud fueron los que ocurrieron entre 1982 a 1983 y entre 1997 a 1998, sucesos que destruyeron gran parte de los cultivos, así como de la infraestructura vial, que cobraron decenas de vidas y millonarias pérdidas económicas. El Niño de 2023 se proyecta tenga efectos similares, como explica un texto de Primicias. Ante esto cabe la pregunta ¿Qué se está haciendo para prevenir que esto no ocurra?

 

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Plan de acción ante el fenómeno de “El Niño” en Ecuador

Frente a los posibles impactos del Fenómeno de El Niño, el presidente Guillermo Lasso elaboró un Plan de Acción ante el fenómeno de “El Niño” en Ecuador 2023-2024, con el fin de reducir los impactos y consecuencias sobre la población, bienes, infraestructuras y medios de vida.

Este plan en su Misión dice “El Sistema Nacional Descentralizado de Gestión de Riesgos y demás organismos del Estado, empleando el Poder Nacional, ejecutará acciones de mitigación, preparación, respuesta y respuesta temprana de los efectos del Fenómeno El Niño, en todo o parte del territorio nacional, con especial atención en las zonas de mayor impacto, en beneficio de la población potencialmente afectada, con base en el principio de descentralización subsidiaria”.

La intención de este Plan es enfrentar los efectos del Fenómeno El Niño, mediante actividades planificadas, articuladas, de multinivel y coordinadas por y entre las diferentes instituciones del Estado. Este plan contempla acciones desde las competencias de los diferentes niveles de gobierno, empresas públicas, empresas privadas y a la cooperación internacional destinadas a: I) Mitigación, II) Preparación para la respuesta, III) Respuesta y recuperación temprana.

 

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Esmeraldas, el fenómeno del Niño y el cambio climático

En Ecuador, la provincia de Esmeraldas, debido al alto riesgo a desastres socio naturales, ha tenido que enfrentar en el pasado: inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y terremotos, como el de abril del 2016, que provocó daños en infraestructura urbana, vivienda, vías y pérdidas humanas; además de un prolongado deterioro en los medios de vida de las comunidades.     

Las proyecciones de los potenciales impactos climáticos incluyen: aumento de las temperaturas superficiales del mar y terrestres, contaminación del agua y el aire, problemas de salud, pérdidas de áreas turísticas, entre otros. 

Además, Esmeraldas, al igual que otras ciudades costeras en el Ecuador, es altamente vulnerable a los efectos del Fenómeno del Niño.

En 1982 y 1983, este evento natural afectó a más de 1.000 viviendas y a 1.300 familias producto del desbordamiento de los ríos.

Es por eso que la llegada del Fenómeno del Niño , pone en alerta a los ciudadanos, debido a las lluvias que se registraron el mes de junio de 2023, que dejaron 11.750 personas afectadas por las inundaciones. Según el  reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos del 5 de junio, 1.467 personas fueron rescatadas y 660 fueron trasladadas a albergues. En cuanto a daños en la infraestructura, se destruyeron 2.895 viviendas y 21 escuelas resultaron afectadas. Además, una clínica de diálisis se inundó y quedó inhabilitada.

Debido a que la caracterización del Fenómeno de El Niño es de magnitud “moderado a fuerte” en 2023, Esmeraldas atravesaría graves impactos sobre la población y sectores primarios como el agropecuario, pesca, turismo, adicional a efectos en la vialidad, educación, salud, entre otros. Por tal razón organizaciones sociales y activistas han propuesto estrategias para concientizar a las comunidades sobre el fenómeno y su relación también con el cambio climático.

La llegada del Fenómeno de El Niño es una oportunidad para implementar cambios necesarios en las estructuras del gobierno e incluir a personas que siempre han estado excluidos de estos temas a tomar acciones adaptativas y resilientes. Una propuesta que muestra cómo las alianzas entre el sector privado y la sociedad civil puede reducir los riesgos a impactos ambientales, es la estrategia “Esmeraldas, una ciudad resiliente con perspectiva de género”.

 

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Una estrategia para enfrentar el cambio climático con perspectiva de género en Esmeraldas

En el 2016, terminé mis estudios de Marketing, una carrera enfocada en su totalidad en el crecimiento económico, a partir de la venta de bienes o servicios, pero que no contempla el cuidado ambiental. Esto se evidencia en la venta de los empaques plásticos, en el que se venden un sinnúmero de productos e incluso frutas; este material termina en los océanos e incluso en nuestros organismos causando graves impactos en la salud.

Es así, que opté por complementar mis estudios en marketing con un posgrado en Liderazgo, Cambio Climático y Ciudades en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, para desde ahí hacer marketing ambiental. Ese proyecto de FLACSO, tenía como propósito crear nuevas gobernanzas que tomen acción en los territorios sobre sus impactos ambientales. En el transcurso del curso, gané fondos concursables, para crear una estrategia destinada a educar sobre el cambio climático en  Esmeraldas, con el objetivo de desarrollar acciones de adaptación y resiliencia climática que permitan el fortalecimiento de capacidades locales con énfasis en la equidad de género y población vulnerable.  

El cambio climático afecta de manera diferenciada a los habitantes del territorio a pesar de estar en el mismo ecosistema, los efectos están en función de su género, de las características socio-económicas, de la edad, de su grupo étnico, de su localización geográfica y, por su puesto, de sus actividades cotidianas. A esto se suman las diferencias sociales entre mujeres y hombres debido a los roles de género. Actualmente, el 80% de los trabajos de cuidado en el mundo lo hacen las madres, adultos mayores, hermanas o trabajadoras que han emigrado. Las mujeres contribuyen con su tiempo y energía para cuidar de los demás.

Para Alicia Puleo, filósofa feminista, es necesario adoptar “una mirada nueva sobre la naturaleza y el mundo en que vivimos. Propone redefinir el papel del ser humano tras una larga historia de marginación hacia las mujeres, que siempre han ocupado una posición periférica del poder, más vinculada al cuidado que al dominio”.

Desde el año 2011, la provincia de Esmeraldas cuenta con una estrategia de adaptación y mitigación del cambio climático desarrollada por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU-HABITAT, que tiene como propósito fundamental desarrollar acciones para reducir los gases de efecto invernadero; es decir que su énfasis está en la mitigación. Sin embargo, es muy bajo el nivel de conocimiento por parte de la ciudadanía de esta estrategia, y es claro que, si no se comunica, se educa y se impulsan acciones resilientes y adaptativas efectivas, no se lograrán avances significativos.

Uno de los aspectos relevantes de esta estrategia es: promover y garantizar espacios de comunicación, educación y participación ciudadana, por ello el proyecto “Esmeraldas, una ciudad resiliente al cambio climático con perspectiva de género”, se enfocó en desarrollar este eje, con la participación activa y significativa de las y los jóvenes de la ciudad, con un énfasis en el género, e involucró a los actores locales.

En diciembre del 2020, se desarrollaron eventos comunitarios con acciones de adaptación climática con la vinculación directa de mujeres y jóvenes.

El evento inaugural fue la Formación a estudiantes de colegios públicos y contó con la participación del personal del departamento de Riesgo y Cambio Climático de Esmeraldas, con una capacitación para estudiantes de colegios fiscales de Esmeraldas como: La Providencia, Colegio Luis Vargas Torres, Nelson Ortiz Estefanuto y Margarita Cortéz.

 

 

Además, se realizó una Feria de emprendimiento que contó con la participación de emprendedores locales y tenía como meta incentivar el consumo de productos locales y sin envoltorios plásticos. Durante dos días de feria, recibimos la visita de personas interesadas en productos naturales, artesanías y productos orgánicos.

Otra de las acciones fue la reforestación en la Isla Luis Vargas Torres, uno de los sectores más vulnerables de la ciudad a inundaciones. Por lo cual, sembramos alrededor de 150 árboles como chiparo, comestibles y ornamentales gracias a la donación del departamento de gestión ambiental de la Prefectura de Esmeraldas.

Para enfrentar los desafíos climáticos en nuestras ciudades, es primordial generar alianzas entre los sectores públicos y privados. En este proyecto contamos con la participación de Betto Estupiñan Toro, Coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgos; Elver Quiñónez Angulo, Director del Ministerio del Ambiente en Esmeraldas; Carla Solís, Coordinadora de la carrera de Gestión Ambiental y la Casa de la Cultura Esmeraldas.

Liderar este proyecto, me permitió darme cuenta que, aunque las mujeres y en especial las mujeres afrodescendientes, somos el sector más vulnerable a eventos ambientales, ( lo que se expresa en las discriminaciones en su territorio, racismo, limitaciones en el acceso al agua, salud, educación, a la tierra, y desempleo), también somos poderosas agentes de cambio. Podemos actuar y ser las protagonistas sobre los problemas que amenazan a nuestras comunidades y así, ya no depender de los políticos de turno. Esta motivación me recordó el  poema “De mujer a Mujer” de la Poeta esmeraldeña Fanny Merchán con conciencia feminista, evidencia su intranquilidad por los problemas ambientales y de vida en Esmeraldas.

 

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Si quieres saber más de la estrategia, que puede ser una experiencia exitosa para ser aplicada en tu territorio frente a las amenazas ambientales, mira el video aquí.