Declaran inocente a alias mangajo en uno de los procesos por violación. Preocupación en colectivas Feministas
Por: Equipo Wambra Medio Digital Comunitario @wambraec
Martina, nombre protegido, denunció hace tres años a Andrés Veintimilla, Alias “El Mangajo” por violación. Después de un proceso judicial, catalogado como revictimizante por las colectivas feministas que acompañan el caso, Martina no encontró justicia. Este lunes 7 de junio, Veintimilla fue declarado inocente por los jueces Luis Flores y César Pesántez, más el voto salvo de la jueza Carmita Campoverde, en la audiencia que se dio en el Complejo Judicial del Azuay. Esta sentencia despertó la indignación de las organizaciones de mujeres, quienes aseguran que los casos en contra de “El Mangajo” se suman desde el 2018, al punto que se hicieron 8 denuncias particulares y 2 de oficio presentadas por la misma Fiscalía. En contra de Veinitimilla se acumula ya tres sentencias condenatorias y ejecutoriadas por abuso sexual, acoso y pornografía infantil.
Según Fernanda Ramírez del Colectivo Manos Solidarias, el caso es emblemático porque a pesar de las pruebas no se logró justicia: “Han tenido información exhaustiva, como pruebas y pericias de cargo hacia el acusado, como el perfil psicológico, el perfil criminal donde habla claramente que se trata de un agresor, además de los exámenes físicos y ginecológicos que demostraban que la adolescente fue abusada cuando tenía 14 años, así como el testimonio anticipado de la víctima”. La preocupación de las organizaciones que acompañan el caso es que esta declaratoria de inocencia, abra la posibilidad de que otros casos queden en la impunidad. “Esto es bastante peligroso, porque esto le da una herramienta jurídica al abogado de “El Mangajo”, para que pueda pedir una revisión de sentencia de los otros casos”, explicó Ramírez. Según la abogada esta sentencia afecta a Martina, a la familia pero también a las otras víctimas “inclusive a quienes estarían tomando valor para denunciarlo”. Al momento, Veintimilla cumple 36 años de reclusión en el Centro de Rehabilitación Social Regional de Guayaquil.