COMUNICADO

 

 

Por Wambra Medio Comunitario

Publicado 02 de mayo del 2023

 

Quienes conformamos el equipo de Wambra Medio Comunitario compartimos nuestro pronunciamiento sobre los señalamientos públicos en referencia a la situación laboral de ex trabajadoras y ex trabajadores del medio:

Somos un medio de comunicación comunitario que acompaña a las organizaciones sociales y narra las historias invisibilizadas por los poderes, desde un periodismo de derechos humanos y feminista. Nuestra razón de ser dista mucho de la que tiene una empresa privada de comunicación. Según la Ley de Comunicación, los medios comunitarios son aquellos cuya definición y administración corresponden a colectivos, comunas, pueblos y nacionalidades, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil. Cuentan con un proyecto comunicacional que promueve la amplia participación y fortalecimiento de la comunidad de la que son parte. Además, los medios comunitarios tienen fines de rentabilidad social y su gestión técnica y administrativa es de carácter comunitario.

Esto no es solo una cuestión declarativa, Wambra forma parte de una organización sin fines de lucro que nació como un colectivo en 2005 y que obtuvo su personería jurídica en 2016. La organización cuenta con una Asamblea General que está conformada por personas que militan en los derechos humanos, la educación popular, la academia, los feminismos, el trabajo social y la comunicación. La estructura y toma de decisiones es asamblearia y basada en el consenso; somos el espacio donde colectivas y organizaciones diversas (feministas, LGBTIQ+, afrodescendientes, indígenas, trans, juveniles, estudiantiles) participan en programas y contenidos multimedia desde la co-producción. Wambra se ha construido desde un trabajo articulado entre colectivas y organizaciones sociales a lo largo de estos años. Apenas en 2022, realizamos por primera vez una convocatoria abierta para que dos personas trabajen exclusivamente en el medio.

Con estos antecedentes, para construir este comunicado y dar una respuesta pertinente, el equipo se reunió y analizó la situación de forma colectiva, acompañado por la asistencia psicosocial de una organización de derechos humanos, en diálogo con organizaciones y colectivas feministas y nuestra Asamblea General.

Queremos expresar que, ante la situación señalada por Mishell y por ex compañeras y ex compañeros del espacio, hemos puesto atención a cada una de las palabras y nos hemos dado el tiempo para canalizarlas y dar la importancia debida a los testimonios.

Concretamente, con respecto a lo señalado por Mishell y sobre las acciones de respuesta que se requirieron cuando era trabajadora del medio, la organización activó todos los mecanismos en ese momento existentes para responder a la situación y mejorar las relaciones laborales. Una de las acciones fue que se retiró al compañero señalado de las decisiones del área de redacción donde se desempeñaba Mishell; y ante la salida por permiso de maternidad de la Editora, se designó a una compañera para que coordine las actividades en dicha área. A partir de eso, se realizaron varias reuniones de equipo donde se motivó a la conversación y escucha. Actualmente, en reuniones de planificación semanal se consulta el estado de salud, físico y mental de las integrantes del equipo para que esto permita conocer cualquier situación de malestar que deba ser atendida oportunamente.

Creemos importante aclarar que, en un contexto donde se han evidenciado casos de periodistas de empresas de comunicación privada impagos, nuestro medio comunitario ha cumplido con garantizar que todas las ex trabajadoras y ex trabajadores reciban su liquidación de acuerdo a lo establecido en el Código de Trabajo (décimo tercero, décimo cuarto, vacaciones, desahucio y bonificación) de acuerdo a cada caso y dentro de los plazos establecidos. Mishell y todas las otras ex trabajadoras y ex trabajadores recibieron su liquidación y esta fue aceptada, revisada y firmada a conformidad.

Por la característica del ejercicio periodístico y de comunicación comunitaria, en especial, por la cobertura de movilizaciones, protestas y acciones de las organizaciones de derechos humanos, feministas y sociales todas las personas que integran el equipo han expresado la necesidad de prevenir la sobrecarga de trabajo. Es así que, la organización implementó, hace varios meses atrás, una política de control interno para el trabajo en fin de semana, que consiste en destinar otro tiempo igual de la semana para el descanso, mediante un acuerdo entre las personas del equipo y la coordinación.

Sobre la salud mental, reconocemos que este es un tema que no fue atendido ni tomado en cuenta a tiempo. Dado que nuestra labor periodística está caracterizada por realizar reportajes y coberturas de riesgo, de violencia de género, conflictos sociales en los que estamos en contacto con víctimas o sus familiares, implica estar enfrentados constantemente a sufrir mayores efectos a nuestra salud mental. Situación que después de la pandemia se profundizó y agudizó, ocasionando que el conjunto del equipo se viera más afectado. Por lo que pedimos profundas disculpas a las excompañeras y excompañeros. 

Es así que, entendiendo la necesidad expresada por las ex compañeras y ex compañeros y el equipo actual, la salud mental y el auto cuidado cobró mayor importancia para nuestro trabajo. A finales de 2022, logramos gestionar un proyecto que permite implementar un proceso que incluye un Plan de Seguridad Integral y Acompañamiento Psicosocial. Este plan busca, además, mejorar y renovar la protección y seguridad física y digital del equipo de trabajo.

Sobre la necesidad de tomar las mejores medidas para resolver los problemas, la Asamblea de la organización se reunió y decidió abrir un canal de diálogo con dos de las ex compañeras que habían expresado su malestar.  Se conformó una Comisión de seguimiento para concretar las políticas claras de prevención de violencia y políticas de trabajo. Además, se acordó que todas las acciones sean llevadas desde una ética del cuidado feminista y en diálogo con colectivas y organizaciones feministas y de derechos humanos. Finalmente, como una medida clara y concreta de respuestahemos tomado la decisión de cambiar la coordinación de la organización y del medio, delegando a una compañera.

Ante la solicitud de la abogada de Mishell de tener una reunión antes de su salida, expresamos verbalmente a Mishell nuestra predisposición para participar en dicha reunión. Sin embargo, esta no pudo concretarse. Es así que, luego del pronunciamiento público, nos comunicamos con la abogada para conversar, ante lo cual su respuesta fue que la decisión tomada por Mishell y las y los ex trabajadores es que el comunicado y su difusión en redes sociales “es la forma de reparación que han decidido. Por lo que, debe ser respetado de esa forma y asumido como tal” y “que se respete lo que se ha expresado como la medida de reparación más idónea. Cualquier respuesta de su parte les pertenece únicamente a ustedes”.

Si bien respetamos esta decisión de Mishell y de los y las ex compañeras de trabajo, consideramos que es nuestro compromiso, desde una profunda autocrítica a prácticas naturalizadas que reproducen la violencia, iniciar un camino integral de prevención y de acción desde la ética del cuidado con las personas que están ahora en el medio.

Por el cariño y el respeto que mantenemos por las personas que han pasado por este espacio, ponemos atención a sus palabras y sepan que sus mensajes nos interpelan para repensarnos. Cada persona que integró Wambra ha aportado para el fortalecimiento del medio y la organización, algo que reconocemos y valoramos. De igual manera, el espacio ha motivado su crecimiento profesional y personal con acciones de soporte colectivo y aprendizaje en el camino de la comunicación comunitaria y el periodismo de derechos humanos y feminista.

Hacemos un llamado a parar los ataques misóginos y la violencia digital contra nuestras compañeras periodistas y comunicadoras, quienes a raíz del comunicado público han recibido mensajes que atentan contra su integridad y que han afectado su bienestar emocional. Nuestra apuesta es por pedagogías alternativas de búsqueda de justicia y reparación y que no pasan por la cancelación, el punitivismo y niegan la posibilidad de transformación.

A la par, todo lo ocurrido ha generado una conversación pública sobre varios temas que creemos necesaria hacerla: hablemos de la situación laboral de periodistas; hablemos de las condiciones tanto laborales y de cuidado que se requieren para que quienes militamos y trabajamos en organizaciones sociales y medios comunitarios no nos cueste la vida; hablemos sobre las estrategias y pedagogías feministas de obtener justicia y reparación; hablemos de cómo abordamos la violencia cuando esta ocurre en espacios alternativos, comunitarios y organizativos.

Creemos indispensable abrir esta reflexión de forma colectiva y pública. Para esto, como lo hemos hecho por más de 10 años, Wambra será el espacio abierto para escuchar todas las voces.

Agradecemos a las organizaciones y activistas que, desde una ética del cuidado, han esperado una respuesta por parte de nosotras y han acompañado con la debida distancia y crítica necesaria.

Consideramos que esto nos impulsa a mejorar. No somos un espacio ideal, pero estamos en constante construcción y aprendizaje. Si algo nos han enseñado los feminismos y la educación popular es que las transformaciones requieren de un cambio personal, colectivo y de una mirada crítica y constante a las propias prácticas.

Las personas del equipo, en su mayoría mujeres, que nos quedamos sosteniendo esta propuesta de comunicación comunitaria, queremos seguir construyendo un espacio colectivo, comunitario, feminista y digno, tanto laboral como de vida.