25 de julio: Mujeres negras, luchas y antirracismo
Por: Génesis Anangonó Ch. @genestefa
Publicado 30 de julio de 2021
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En América Latina y el Caribe, cada 25 de Julio, las mujeres negras y afrodescendientes tenemos nuestro propio día y lo conmemoramos desde hace 29 años, sin embargo, esta fecha aún es poco visibilizada e incluida en las agendas de los Estados y el movimiento feminista, a diferencia de otros días conmemorativos de los derechos de las mujeres, como el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un día que sí está posicionado (casi) de manera obligatoria.
En 1992, mujeres negras y afrodescendientes de 32 países de la región se juntaron para hablar y politizar los problemas con los que diariamente se encuentran las mujeres negras y afrodescendientes. El día busca ser un impulso para la construcción de una agenda común que visibilice y propicie la creación de políticas públicas que mejoren la calidad de vida y resarcir la deuda histórica de los Estados y de la sociedad con la población negra y afrodescendiente en general y con las mujeres negras y afrodescendientes en particular.
En Ecuador, según el último Censo de Población y Vivienda, el 7.2% de la población se identifica como negra o afrodescendiente, de esta población el 49,3% son mujeres. Y aunque las redes sociales este 25 de Julio se vistieron con publicidad de eventos que celebraban a las mujeres negras y afrodescendientes por su día, en Ecuador y en América Latina no hay mucho que celebrar y todavía hay mucho por hacer para que los derechos de las mujeres negras sean una realidad.
Según la última Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres el 71.8% de mujeres afrodescendientes han sufrido violencia de género por lo menos una vez en su vida, superando el promedio del país que está en el 64.9%. También el 42% de la población negra y afroecuatoriana vive en condiciones de pobreza y solo, según la ENEMDU de diciembre de 2020, el 3.4% cuenta con empleo adecuado, el 4.9% se encuentran subempleados y el 4.5% no tiene un empleo pleno, es decir, poseen una insuficiencia en horas o ingresos. El 4.7% de las mujeres negras y afrodescendientes realizan trabajo remunerado del hogar, pero lo hacen en condiciones de informalidad y en medio de una constante vulneración de derechos, y por ese trabajo perciben apenas entre 180 y 350 dólares mensuales.
De igual forma no se puede hablar de celebraciones en el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la diáspora cuando en Ecuador aún existen casos de esclavitud moderna como el de Furukawa, en donde niñas, niños, mujeres y hombres negros han sido sometidos a tratos inhumanos ante la mirada del Estado ecuatoriano que ha callado y minimizado la violencia que se ha perpetuado por casi 6 décadas en contra de los hombres y mujeres negras; y continúa sin dar solución pese a los informes, peticiones y resoluciones que instituciones de derechos humanos nacionales e internacionales han emitido.
No lo hizo el gobierno de Lenín Moreno, que conoció el caso en 2018, y tampoco el presidente Guillermo Lasso ha propiciado al menos un diálogo al respecto, pese a que durante la campaña ofreció mejorar las condiciones de vida del pueblo negro y afrodescendiente con la creación de la Secretaría del Decenio para los Afrodescendientes “para garantizar la resolución de la ONU que promueve el ejercicio de los derechos y las libertades del pueblo afrodescendiente”.
No hay nada para celebrar, pero sí mucho que conmemorar y por ello organizaciones de mujeres conmemoraron y visibilizaron, en el día de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la diáspora nuestras luchas. En Ecuador, organizaciones y colectivas feministas como Afrocomunicaciones Ec realizaron un evento para conmemorar este día y destacar el trabajo que las mujeres negras y afrodescendientes de la región realizan, como una forma de resistencia ante la colonialidad y el racismo sistémico que relega al olvido estas luchas. En Esmeraldas, el Colectivo Mujeres de Asfalto realizó una jornada de conversaciones para conmemorar el 25 de Julio y sobre todo la memoria colectiva de las mujeres negras y afrodescendientes que nos precedieron. La Coordinadora Nacional de Mujeres Negras (Conamune) también reunió en la virtualidad a mujeres negras y afrodescendientes en una “Merienda de Negras” para conmemorar nuestro día y dialogar sobre estrategias de incidencia política que nos permitan enfrentar el racismo desde una perspectiva de género.
Las luchas de las mujeres negras y afrodescendientes muchas veces no se cuentan en los libros de historia y quedan fuera de las agendas políticas de los movimientos feministas y de mujeres que no siempre entienden las múltiples situaciones que atraviesan nuestras vidas por nuestra condición de raza y género.
Reconocer, exaltar y reivindicar los conocimientos, las luchas y el trabajo organizativo de las mujeres negras y afrodescendientes es justo y necesario; y más ahora que hablamos de la construcción de procesos más plurales, diversos y respetuosos con la diversidad especialmente en los feminismos. Es necesario construir y fortalecer espacios feministas donde que todas nos sintamos acompañadas y respaldadas desde nuestras particularidades y diferencias, entendiendo que luchar contra el racismo, el sexismo, los prejuicios y la discriminación social que vivimos las mujeres negras y afrodescendientes son prioridades en nuestra agenda a las que no renunciaremos.