Por: Ana Acosta @yakuana

Paul, Javier, Efraín integrantes del equipo periodístico de diario El Comercio fueron secuestrados en la frontera con Colombia el 26 de marzo. 18 días después el Presidente Lenin Moreno confirmó su asesinato por parte de un grupo armado colombiano liderado por Wálter Patricio Arizala, alias “Guacho”. El gobierno declaró cuatro días de luto por los tres periodistas y cuatro militares que fallecieron durante una explosión en la zona de Mataje en Esmeraldas. Ecuador suma así siete fallecidos por la internacionalización del conflicto colombiano que ha mostrado sus efectos en los últimos meses.

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La espera

La espera para escuchar la confirmación fue larga. El Presidente Lenin Moreno lo anunció en rueda de prensa en la Sala de Crisis del ECU 911 en Quito, acompañado de altas autoridades del Estado: Fiscalía, Judicatura, Contraloría, Asamblea Nacional, después de una reunión del Consejo de Seguridad Pública del Estado. Decenas de periodistas de prensa nacional e internacional esperaban escuchar las palabras de Lenin Moreno hasta que finalmente lo dijo pausado: “No hemos recibido pruebas de vida y lamentablemente tenemos información que confirma el asesinato de nuestros compatriotas”. Se escucharon sollozos entre los periodistas gráficos. Una periodista soltó su libreta, abrazó a su compañera y lloraron. Algunos no sabían si seguir transmitiendo la noticia o unirse al abrazo.

— ¡Conocer la verdad, es lo único que queríamos!— gritó un periodista con su cámara en las manos, mientras el Presidente y autoridades abandonaban la sala.

Doce horas y un poco más habían esperado para recibir la confirmación oficial.

La noche anterior familiares, amigos, colegas de los tres periodistas permanecieron en la Plaza Grande, frente al Palacio de Gobierno, exigiendo el retorno con vida de los periodistas y claridad en la información por parte de las autoridades. Con gritos de indignación y dolor permanecieron hasta casi media noche. A pesar de que el medio de comunicación RCN de Colombia difundió la noticia del asesinato de los periodistas y su supuesta confirmación a través de fotografías de los cuerpos; familiares, amigos y periodistas de Ecuador se negaron a aceptar esa información hasta que la confirmaran  de forma oficial. Todos esperaban que la noticia sea una equivocación como cuando el medio colombiano El Tiempo, difundió la noticia de su liberación.

– ¡Nadie se cansa, hay esperanza! gritaban en la Plaza Grande. 

En la tarde de ese mismo día el presidente Lenin Moreno había abandonado la Cumbre de las Américas en Perú y retornado al Ecuador junto con los familiares de los periodistas. Ya en la noche en el aeropuerto de Tababela el presidente habló al país. En la Plaza Grande  su voz se escuchó  a través de una radio pequeña y de un celular alrededor de los cuales se juntaron familiares y amigos: “No va más, queridos compatriotas. Doy un plazo de 12 horas a estos narcos para que nos entreguen la prueba de existencia de nuestros queridos compatriotas. Caso contrario, iremos con toda la contundencia, sin contemplaciones, para sancionar a estos violadores de derechos humanos y de todos los principios de la solidaridad. Yo acompaño en el pesar”.

– ¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!

– ¡Por Paul, Por Javier, Por Efrain nadie se cansa, hay esperanza!

Continuaron los gritos.

Colegas de los periodistas del periódico El Comercio y familiares formaron un círculo abrazados. Todos tenían huellas de haber llorado. Un joven de cabello claro y lentes animaba a gritar desde el centro. Con un megáfono y un celular colocaron una canción hip-hop que un amigo de uno de los periodistas había compuesto.  El frío de Quito helaba los huesos. Al siguiente día, 12 horas después, el presidente Moreno dio la noticia. En la Plaza Grande continuaban el plantón, con los mismos gritos, ahora exigiendo la repatriación de los cuerpos, que según información de inteligencia se encuentran en territorio colombiano; algo que fue negado por el presidente de Colombia Juan Manuel Santos y después aceptado por él mismo.

—!Qué traigan los cuerpos, que regresen ya! —gritaban

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Los puntos de acción

La respuesta de Lenin Moreno a lo ocurrido con los periodistas fue anunciada en siete puntos. El primero responde de forma directa al pedido de la prensa y familiares de claridad en la información. Pedir al Consejo de Seguridad Pública del Estado que levante la reserva de la información “para que el pueblo ecuatoriano conozca los esfuerzos del Estado por garantizar la vida de nuestros compatriotas”. El segundo punto de la acción consiste en reiniciar las operaciones militares y policiales en la zona fronteriza, que según Moreno fueron suspendidas; además disponer el despliegue de las Unidades Élite de las Fuerzas Armadas y Policía, y  realizar acciones coordinadas en la zona fronteriza con las Fuerzas Armadas Colombianas.

Estos dos puntos son los que preocupan a organizaciones de Derechos Humanos. Para Luis Ángel Saavedra, de la Fundación INREDH, “mientras en la frontera hay una mimetización de los grupos armados, nosotros no podemos arremeter porque podemos violentar los derechos de la población que nada tienen que ver en este conflicto”.

Sobre el retorno de los cuerpos, la mayor exigencia ahora de las familias, el gobierno anunció que realizará todos los esfuerzos. Pero, nuevamente la esperanza ante el dolor fue rota. En un comunicado el Frente Oliver Sinisterra, gruto que asumió el secuestro y asesinato, anunció que suspenden toda acción humanitaria para entregar los cuerpos “pues no hay en el momento garantías para el desplazamiento de nuestras unidades, tampoco seguridad para los miembros de la misión humanitaria”. El Comité Internacional de Cruz, CICR, emitió un comunicado en el que dicen que  han tomado nota de la posición del Frente Oliver Sinisterra, pero permanece atentos a una posible evolución de la situación.

Que retornen los cuerpos es ahora la exigencia de las familias de los periodistas quienes conformaron el Colectivo Nos Faltan 3 y realizarán una marcha hacia la Plaza Grande el jueves 17 de abril. El grito que  los convoca sigue siendo: ¡Nadie se cansa, hay Esperanza! y a este le aumentaron otro:  Ecuador país de paz.

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