Cinco minutos para incomodar a Guayaquil: el violador eres tú
Acción feminista por el 25N y la acción Global «Un violador en tu camino»
Por: Valeska Chiriboga Escobar @olinguiito
Fotos: Andrés Loor / Estéfano del Pino
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Mi recuerdo más notorio del 25 de noviembre no es en sí misma la marcha que mujeres de diversas colectivas y organizaciones sociales convocamos para ese día en Guayaquil, sino las reuniones de preparación previas a la marcha.
Feministas de diversos espacios, estudiantes, trabajadoras, artistas, madres, lideresas barriales, nos juntamos los días sábados a hacer carteles, practicar consignas, coordinar la logística y preparativos de la marcha. Sentía cómo se construía un espacio para encontrarnos en un solo punto: el de la resistencia y la movilización.
Desde hace tres años aproximadamente en el movimiento feminista guayaquileño hemos organizando y generando acciones colectivas para protestar y denunciar en contra de las distintas violencias. El día de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres no iba ser la excepción. Ese día, mujeres de organizaciones sociales como Aborto Libre Guayaquil, CEPAM – Guayaquil, La Cubeta Batucada Feminista, Fundación Mujer y Mujer, Centro Ni Una Menos Valdivia, Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar, entre otras, nos auto convocamos para marchar en contra de las violencias de lo que para nosotras es el capitalismo patriarcal.
Nos movilizamos juntas con la consigna: “Guayaquil será toda feminista”. Consigna que resonó en los tambores y en las voces de mis compañeras. Nos cuidamos entre nosotras, sin conocernos, sin necesidad de decir una palabra. Las mujeres que marchamos juntas ese día nos pronunciamos en el mismo lenguaje todas: el lenguaje de denuncia, de furia, de dignidad, de rabia, pero también de alegría, esperanza y sororidad.
Marchamos haciendo memoria de las mujeres víctimas de feminicidio, denunciando la negligencia del Estado en la prevención de la violencia de género y el abuso. Denunciamos también la responsabilidad del Estado al ignorar la realidad de las más de dos mil niñas ecuatorianas obligadas a una maternidad forzada, así como también la precarización de nuestras vidas a través de medidas económicas bajo un falso discurso de austeridad. La austeridad mata, y las principales víctimas somos las mujeres más empobrecidas.
La marcha salió desde la Plaza Bertha Ferrín, ex plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, y avanzó por toda la Avenida 9 de Octubre. Que no dejábamos avanzar, que hacíamos tráfico. Los carros pitaban en señal de molestia. Nada de eso nos importó. Nuestras vidas son más importantes que un momento de tráfico y unos carros detenidos en la calle.
La marcha pasó por la Plaza Soledad Rodríguez, ex Parque Centenario, y finalmente concluyó en la Plaza Gabys Moreno, ex plaza San Francisco. Estas plazas, que han invisibilizado la historia de las mujeres guayaquileñas, fueron renombradas el 8 de marzo del 2019. Renombradas por todas nosotras en memoria de Gabys Moreno, Soledad Rodríguez y Bertha Ferrín. Mujeres que irrumpieron todos los espacios para defender nuestros derechos.
Llegamos entonces a la Plaza Gabys Moreno, para hacernos escuchar, para decir una vez más que estamos aquí y que no nos vamos a desmovilizar. En estos espacios donde históricamente nos han señalado como “las que alteran el orden público” nos concentramos para hacer lectura de nuestro manifiesto.
Sabíamos que la jornada de movilización por el 25 de noviembre era a nivel regional, sin embargo, en ese momento no sabíamos lo que se vendría después: un himno de denuncia que resonaría a nivel global en nuestras voces y en las de miles de mujeres de más de diez países. Ese mismo día, las chilenas del Colectivo LasTesis hicieron el performance “Un Violador en tu Camino” frente al Ministerio de la Mujer de Chile. Al día siguiente, ese performance reventó las redes sociales. Dio la vuelta al mundo, estaba en todos los medios. El Colectivo LasTesis convocaron a una acción global para replicar el performance para el viernes 29 de noviembre. Desde Guayaquil, no lo pensamos dos veces. Aborto Libre Guayaquil y la Cubeta – Batucada Feminista decidimos organizarnos y hacerlo.
Modificamos la letra y la contextualizamos a nivel local, y nos citamos para el viernes 29 de noviembre al atardecer en la Plaza de la Administración para ensayar. A las 19h00 en Malecón y 9 de Octubre, una de las avenidas más transitadas de la ciudad, se realizó la acción.
Guayaquil es una ciudad conservadora, desmovilizada socialmente, por lo que sabemos que nuestras acciones incomodan, molestan y, sin embargo, eso nos dio más fuerza para unirnos a nuestras compañeras feministas a nivel mundial. Practicamos los tiempos, el orden, la letra, los pasos.
– Ojalá nos salga– decíamos felices y nerviosas.
Nos conocíamos entre algunas, pero también llegaron mujeres que no las habíamos visto en otras manifestaciones: estudiantes, madres con sus hijxs. Nuestra convocatoria, apenas hecha con un día de anticipación, había llegado.
– Ya estamos listas– dijimos.
Más de cincuenta personas, hombres y mujeres avanzamos hacia Malecón y 9 de Octubre, cantando consignas. Irrumpimos las calles. La gente en los locales de la avenida, con incertidumbre sin saber qué sucedía, cerraron las puertas. El rojo del semáforo nos dio paso. Ansiosas, nos colocamos en fila como habíamos practicado y el parlante empezó a sonar.
– Uno, dos, tres, cuatro. El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que no ves…
Los carros pitaban desesperados. Ocupamos toda la calle y por ninguna de las dos vías podían transitar. Fueron cinco minutos de dar todo , de hacer esta acción nuestra, porque nos interpelaba en lo más íntimo. Fueron cinco minutos en donde la gente se incomodó. ¿Qué son cinco minutos? cuando las mujeres vivimos violencia todos los días de nuestras vidas. ¿Qué son cinco minutos para denunciar la violencia?.
Dentro del Malecón, se encontraba el monumento a Bolívar y San Martín, resguardados detrás de las rejas del llamado modelo exitoso. Afuera nosotras, poniendo el cuerpo, la vida, nuestras voces, como históricamente lo hemos hecho, librándonos de toda la culpa que nos impuso ese juez.
Cuando en redes sociales nuestra acción se viralizó en un video, las respuestas nos dieron más razones para seguir. Varios dijeron que ojalá regrese un asesino en serie para matarnos, que nos harían un favor si nos violaran, que las mismas que cantamos la canción somos las que salimos en la noche, como queriendo nuevamente justificar la violación. Frente a todos ellos, esperamos, que nuestras acciones sigan interpelándoles, no las hacemos para complacerlos. Las mujeres que existimos gracias a la resistencia y a la desobediencia feminista, juntas somos poderosas y nuestras mayores armas siempre serán el coraje y la dignidad.