Christoph Baumann lleva más de 29 años en el Ecuador, es teatrero de profesión y artista por convicción.
Ha recorrido los teatros, sets de cine y televisión de nuestro país. Para él, las expresiones culturales deben ser los primeros espacios críticos al poder y con ello, permitir que la diversidad de criterios fluya a través de las ideas y la cultura
¿Cómo llego Christoph Baumann al Ecuador?
Yo vine al final de 1984, de eso ya son 29 años este año. En ese entonces, mi esposa estaba en el octavo mes (de embarazo), mi esposa es ecuatoriana, se llama Tamara Navas es actriz, es manabita. Nos conocimos en Alemania en un taller de teatro en Múnich, nos enamoramos. Fue un proceso muy largo, fue la conquista más dura de mi vida pero duró hasta ahora, más de treinta años. Y vivimos tres años en Berlín y cuando estaba en camino nuestro primer hijo Gabriel, que tal vez algunos conocen, es cantante de los Swing Original Monks, cuando él estaba en la barriga, chiquito, no como está ahora, no tan grande; ella me planteó ¿no quieres conocer mi país? Yo de mochilero, cuando tenia 25 años, había viajado por México, por Guatemala, por Centroamérica y me encantó Centroamérica, me imagine Ecuador es igualito. Entonces dije: sí, vamos; e hicimos un contrato entre nosotros diciendo: si en Ecuador se puede vivir del teatro nosotros nos quedamos, y si no se puede vivir del teatro, nos probamos durante dos años, y nos volvemos para Alemania. Y como ven todavía estoy aquí. Duró veintinueve años.
Entonces, empecé en el país dando clases; porque cuando vivía en Berlín era uno de mis fuertes dar clases de teatro, preparar a jóvenes, para las diferentes universidades y academias; para cine, televisión y teatro. Llegué, pero sin ningún contrato, pero rápidamente conocí el programa del departamento Cultural del Banco Central, en esa época, el Doctor Pancho Aguirre que era el gran mecenas del arte en el Ecuador; organizaba giras a los barrios marginales como Guasmo, Cristo del Consuelo (Guayaquil). Había una seria de rutas en el Ecuador auspiciadas por el Banco Central. Formamos parte de esto y así empecé a conocer el país, porque así me fui a Cuenca, a Guayaquil, Quito primero; y fueron dos años de talleres continuos, todas las mañanas de nueve a doce. Mucha gente que ustedes hoy ven en los escenarios se formó en esos talleresy fue como un programa de profesionalización del medio actoral en el Ecuador, en el medio actoral. Y de ahí empecé a actuar, a dirigir, son más de treinta obras en las que he actuado o dirigido o las dos cosas, o fui dirigido por compañeros como Pepe Morán, actor y director de teatro de Manabí, trabajé con el grupo Espada de Madera, con el grupo Mujeres al Rojo Oscuro, con Susana Pautaso, Tamara…
Ahora últimamente he trabajado mucho con el teatro del CCI o el Teatro del Scala, he trabajado en el Patio de Comedias; es decir, una serie de grupos y instituciones que uno se ha conectado. La única excepción, el único momento que no estuve independiente fueron cuatro años en la Casa Humboldt cuando dirigí el intercambio cultural de Ecuador a Alemania, del 89 al 92, esa época fui un burócrata cultural, promotor de cultura; pero después quise volver a ese riesgo que es ser creador, artista de teatro, en todos sus diferentes aspectos.
¿Con qué te encontraste cuando llegaste al Ecuador?
Encontré un país muy muy diverso. Cuando estas recién llegado no combinas en tu cabeza todas las culturas que existen.
Políticamente hablando llegué en la época de León Febres Cordero que fue una época nefasta, que fue una época dictatorial. Yo como no sabía nada de aquí viví esa parte de la Banana Republic.
Ni bien llegado me acuerdo que rodearon a la Corte Suprema (de Justicia) con taque y dije: ¡Chuta! ¿Dónde he llegado yo? ¿Qué es eso? Y después tenia en el curso de teatro a un joven que había estaba relacionado con Alfaro Vive, uno que otro, era un secreto, tampoco pregunté mucho de eso, pero sabía. Me recuerdo también de amigos periodistas que en esa época fueron, como fue el Diario El Hoy por ejemplo, que el poder trató de destruirlo.
Entonces ese fue como el inicio, pero ¡ohh! Contradicción en la cultura había mucho apoyo, era bastante libre; este doctor Aguirre que era un librepensador, amante de todas las manifestaciones artísticas, con sus presupuesto movió mucha parte del movimiento teatral del Ecuador, y con mucha libertad de que podías pensar y hacer. Pero claro, la gente cuando hay un poder represivo se cuida. Pero esta fue mi primera impresión.
Después vino la época de Borja: más libertad pero menos plata para la cultura, se desarmaba esta estructura del Banco Central, los pasos fueron muy burocráticos para acceder a fondos, y se dio este vuelco que empezamos a buscar auspicios en la empresa privada. Todo cambio, por ejemplo ibas a buscar las empresas que auspiciaban la cultura, porque al gerente le gustaba la cultura. IBM auspiciaba un festival de música contemporánea con grandes compositores internacionales que venían. Todo fue un vuelco a la empresa privada que de forma sostenida auspiciaban programas, porque del Estado era muy poca y muy burocrática la forma de ayudar.
¿Cómo fue el paso de Christoph Baumann de teatro a la televisión y posteriormente al cine e Internet?
Un amigo, Peky Andino, me vio en un show que se llamaba “Hay amores que matan”, en un personaje de un bávaro, y él ya estaba escribiendo los guiones, y luego dirigiendo “Dejémonos de Vainas”. Y entonces en el 96 se va Santiago Naranjo del programa para hacerse el Chapita Municipal, en la época de Mahuad, y queda este puesto libre que era el compañero del “Mosquito” dentro del programa; y vio mi programa teatral y me dijo porque no vienes con este personaje hagamos un programa donde Beckenbauer dirige a la Liga, se llamaba: Aristóteles Beckenbauer, técnico alemán de lavadoras. Fue el inicio de 4 años de trabajar como técnico alemán, y nuestro primer programa el jefe de la liga “El Moncho” piensa -¡ooohhh! Se llama Beckenbauer porque no dirige a la Liga, que estaba en total desgracia después de haber sido dirigida por Sócrates, ese futbolista brasilero. Pero yo no sabía nada, sólo había sido aguatero en los talleres y él piensa en el equipo de fútbol Talleres de Argentina, pero es en el taller del maestro Quispe; fue todo un enredo.
Dirijo a la Liga en un primer programa de “Dejémonos de Vainas” con temática de fútbol. Fue uno de los retos más grandes que tenía y ahí me invitaron integrarme, luego a formar pareja cómica con el Mosquito Mosquera.
No es algo que busqué como muchas cosas en mi vida uno no busca, pero de pronto encuentra. Como fue un programa muy popular en la sierra ecuatoriana, en Esmeraldas, en Manabí, no tanto en Guayaquil, empezó el camino que más personas aparte del medio cultural me empiezan a conocer. Me conocían como actor-director, como director de la Humboldt, pero no a nivel televisivo.
Este programa se terminó hace doce años, más trece años, y se sigue viendo; pero ahorita hay otra generación que son los de “Enchufe TV” , yo forme parte de cinco sktechs, pero algunos de estos sketchs se volvieron legendarios como “Cállate poco hombre” o “El hombre mandarina” u otros ; que es otro público por ejemplo el “Cállate poco hombre” tiene cinco millones de visitas mayoritariamente son chicas y chicas ecuatorianas, de entre 8 y 25 años.
El año pasado que estuve en México con mi obra Hamlet, en el aeropuerto conocí a una chica que conversando, estudiaba en Puebla, me contaba que “Enchufe TV” era muy popular.
Entonces lo que te quería decir era que este público que creció, es extraño, en ciertas obras, yo he hecho obras para jóvenes y los actores me llevaban a una fiestas de estudiantes de la (Universidad) Católica; entro a la fiesta, te estoy hablando de unos seis años atrás, entonces entro a la fiesta y se para uno de los jóvenes y dice: ¡Ohh el Beckenbauer, el ídolo de nuestro tiempo! Entonces yo digo: ¡Wow, no sabía! Uno forma parte de una seria y la gente te adhiere como parte de la familia, así mismo es la gente ya no ve la diferencia entre esa realidad imaginaria y la realidad real; que es un actor que ha hecho tanto que la gente llama a la casa Humboldt a preguntar: –mira yo tengo un refrigerador que ningún maestro ecuatoriano da cómo arreglar y estoy seguro que ese técnico alemán lo puede reparar.
Entonces ahora este nuevo público que es muy juvenil, estudiantil, el de Enchufe TV, más que nada, y adultos también. Es extraño es una continuidad de Dejémonos de Vainas, pero de otra forma no. Estos tal vez son mis dos pasos más masivos, en los medios audiovisuales.
En las películas que se estrenaron “Distante Cercanía” de Alex Schlenker y la más reciente, que todavía está en cartelera, “El Facilitador” con el “Pájaro Febres Cordero”, y una magnifica actriz chilena María Gracia Omegna, donde tengo un papel un poquito más chiquito, una película creo bien importante sobre la corrupción. Entonces, es ahora que puedo trabajar en este auge del cine ecuatoriano. Todavía con bastantes falencias, en cuanto a guión y otras; pero mejorando a través de la producción, cada vez más. Y me enorgullece poder ser parte, hasta ahora han sido tres películas, una no está estrenada todavía.
¿Desde 1984 hasta la actualidad, como ha evolucionado la cultura y en específico el teatro en Ecuador?
En estos veinticuatro años creo si hay bastantes cambios. Cambios en el sentido que hay grupos como el Malayerba, Espada de Madera que vienen trabajando bastantes años, que han formado en su expresión, en su institucionalidad de grupo independiente. Y en general, la producción de teatro se ha diversificado, es mucho más rica y mucho más grande; en cuanto uno quiere ver teatro para niños, teatro de títeres, teatro de clown que antes no existía.
Ahora hay toda una corriente de clown, de chicos y chicas que hacen montajes de clown; instituciones como el Patio de Comedias, el Estudio- Teatro de la Casa Humboldt, de la Alianza Francesa, los teatros de la Casa de la Cultura, el Teatro del CCI, el Teatro del Scala; son instituciones que tiene cinco o seis años u otras que tiene diez o quince años funcionando y esto, sin auspicios, sin el Estado. En Colombia, y ese creo que es uno de los grandes dilemas nuestros, que a través de la guerra civil, los creadores y los políticos han entendido que la cultura sirve para pacificar, para sensibilizar, para promover conciencia ciudadana.
En el Ecuador por ejemplo: en el Municipio de Quito, el movimiento teatral no llega todavía a un acuerdo en cuanto a la subvención de las salas; en Colombia pagan el arriendo, pagan una secretaria, pagan los servicios básicos y a cambio los grupos dan un cierto número de funciones a públicos muy diversos.
Este movimiento lo que no ha logrado en los treinta años es articularse sindicalmente, está ahora un proceso más certero que ha empezado hace dos años y está la Asociación Nacional de Artes Escénicas. Y creo que va por buen camino. Pero temas como por ejemplo: la jubilación, el Seguro Social para los creadores; uno puede decir: bueno afíliate voluntariamente y creo que algunos hemos tomado esta opción, pero muchos esperan que el Sindicato pelee de alguna forma un acuerdo con el IESS, esto tampoco se ha concretado todavía.
Pero hace quince años estas eran palabras en el aire, ahorita ya son cuestiones concretas que se quieren lograr. Yo creo que ha pasado mucho, nos falta mucho por hacer. Nos falta por hacer, por ejemplo: el público en Quito es bastante caprichoso y hay que promoverse en todos los teatros juntos como grupo. A veces hay proyectos que no sólo he hecho yo, también otros compañeros como Patricio Estrella de la Espada de Madera. En el 2010 trabajamos en “Tablas sobre Ruedas”, un gran proyecto que recorría sesenta pueblos del Ecuador, quince provincias en camión; con auspiciantes de dos ONGs, de la Secretaria Nacional del Migrante y el Ministerio de Cultura.
Y fuimos a buscar públicos que no conocen el teatro; esto fue una gran experiencia, lo puede conseguir, ahora hay un documental, en las tiendas piratas; cuenta en 60 minutos como fue este encuentro con este Ecuador desconocido para nosotros como artistas, nosotros como fuimos en búsqueda y como fue el encuentro con el público, la convivencia del grupo y todo eso. La idea de este viaje era crear nuevos públicos, porque la idea era que otros grupos sigan una gran ruta de difusión en pueblos sensibles, pueblos que no tienen acceso a la cultura; pero como las políticas en el Ministerio de Cultura son cambiantes, hizo el proyecto pero no se concretó lo importante, lo que venía después como seguir y afirmar esos públicos; eso puedo decir, ningún pueblo donde “Tabla sobre Ruedas” con cuentos, con napurunas ningún pueblo nos dejó ir sin decir ¡vuelvan! ¿Cuándo vuelven? ¡Aquí nunca hay espectáculos! Es tan hermoso el teatro, ahora lo conocemos por ustedes, y quisiéramos vivirlo nuevamente ¿Cuándo es la próxima vez? Entonces el acceso a estos públicos que no pueden pagar es complejo. Entonces siempre hemos hecho acuerdos: nos das comida, hotel, y a cambio el Estado o las ONGs nos pagan a nosotros la presentación. Pero estos no se concreta muchas veces. Entonces esto es una pelea si no hay una política del Ministerio de Cultura, de los municipios es un proyecto aislado y no debería ser así. Los artistas necesitamos difundir nuestros productos, los publico necesitan versos pero muchos públicos no tiene acceso. Lo que falta es evaluar estas experiencias y convertirlas en una política cultural.
¿La cultura en Ecuador, puede vivir autónoma del estado?
Podemos recordar la época de Palacio, cuando se eliminó esto que las empresas pueden deducir sus impuestos con sus aportes a la cultura. Empieza un cambio dramático, las empresas hoy día me dicen: porque te doy plata para ese montaje si no puedo deducirlo, así que estamos como a la intemperie; si no vamos a negociar con la oficialidad, el Ministerio de Cultura, el Municipio de Quito, es muy difícil consolidar tus diferentes proyectos. Pero no es imposible. Yo desde hace dos años trabajo en televisión, cine, y esto me ha permitido ser independiente. Y entendí esto, luego de la gira: hicimos esta gira, y cuando vi que “Tablas sobre Ruedas” no iba a tener secuelas que se conviertan en políticas, en circuitos de difusión.
Para mí el artista tiene que ser independiente, al arte debe estar independiente del Estado; y eso lo digo en otras palabras, en Alemania hay un dicho “las subvenciones del Estado son para el artista, y el artista es la oposición pagada”. Es decir, nosotros somos la oposición por ley, nuestro rol es poner los dedos en la llaga de las contradicciones del poder. Este es nuestro rol, el poder siempre presume mucho, no hay poder que no se vea como el pupo, hay dos mil contradicciones con el poder; y si no hay un ciudadanía alerta, una ciudadanía independiente, una ciudadanía que pueda vociferar a su pensamiento a través de medios como Wambra Radio o a través del teatro o a través de las diferentes manifestaciones artísticas; el poder hace lo que le da la gana en su propio beneficio más que en beneficio del pueblo, y esto normal, en todo el mundo es así.
Entonces para mi es nefasto que todos los artistas tenga que depender sólo de la oficialidad, porque claro que pasa y nos ha pasado, pides un auspicio al Ministerio de Cultura y el Ministerio no soporta que lo critiques. Me ha pasado, yo critique en una entrevista, después se molestó la Ministra, después me dijeron: ¿Cómo así que tú que recibes fondos, nos críticas? Y yo digo porque si le hemos hecho tanta propaganda durante el año de giras, y ahora yo no puedo criticar sus políticas fallidas sobre procesos que fueron prometidos y no se dieron; a donde hemos llegado porque si me das un auspicio, yo debo callarme. Esto para el artista es inamisible, hay que valorar los auspicios que te dan pero hay que mantener la mente crítica.
Entonces yo creo que hay muchas iniciativas que son autónomas. Hay grupos de teatro que casi sin auspicios pelean su camino, como el grupo Quijotadas, el grupo Derrumbe Teatro; hay un montón. Son críticos políticamente hablando, son aliados de los movimientos sociales o luchas sociales, y lo hacen porque no están ligados a la oficialidad que si fueran, no podrían. Esto es muy claro en el Ecuador, criticas abiertamente al Estado, el Estado te quita abiertamente el apoyo. Es algo deplorable, el Estado debería estar agradecido por la criticas que podemos hacer desde nuestros espacios y más bien verlo de una forma mucho más democrática; verlo como el aporte de voces divergentes, de voces que luchan por mejorar el país y no destruir el Estado.
Para mí fue una mala experiencia cuando fuimos a la Marcha por el Agua y vida. Estos pasquines donde a la gente que participa en las marchas se los pinta como ratas, como que fuéramos los que nos manifestamos por los derechos del agua, políticas contra la minería a gran escala sin consultar a los pueblos; cuando entramos a estos temas de pronto te ves enlodado, te ves en campañas del gobierno pintado como si fueras un roedor, como si fueras un criminal, un anti-patria. Entonces yo digo: estamos por mal camino, el camino no es este que estoy religiosamente a favor o en contra del Estado. Todos estamos peleando políticas todos estamos forjando, en nuestro barrio o en nuestra ciudad o en nuestro país, mejoras para el país; pero no es que hay una única vos, una única verdad; cuando alguien promueve la única vos, la única verdad es nefasto para la cultura democrática de un país.
¿Cómo la cultura durante todos estos años le ha dicho lo que está haciendo mal el poder?
El gran ejemplo es Jaime Guevara, creo que es un gran ejemplo para todos nosotros. Un hombre que yo, desde la época de León Febres Cordero, me acuerdo el acompañamiento que le hizo al caso de los hermanos Restrepo, la lucha de la familia Restrepo, la solidaridad que él demostró. Contra todos los poderes de turno y ahora contra el poder de turno. Contestatario siempre el Jaime que lo puedes ver en temas de Blues, en temas de Protesta. Pero es un gran referente para la juventud, para la ciudadanía que ve a un tipo que tiene una actitud política que no la ha cambiado en todo este tiempo; sino más bien él ve todas la movidas nefastas que el poder hace para prolongarse, para enriquecerse, para mentir y esto de gobierno en gobierno ha tenido diferentes matices pero no es que el poder sea más puro o más iluminado.
Entonces una voz como el Jaime es una vos contestataria que la hemos tenido en ciertos literatos, que la hemos tenido en ciertos cineastas; y también hay muchas voces que dejan la política al margen o se mantienen en una actitud sin mucha diferenciación y al final, quedan como oportunistas aliándose con el poder de turno. Artísticamente aliándote con el poder vas a sufrir en tu calidad artística, yo no he visto a nadie que allá perdido así su independencia y mejorara artísticamente hablando; porque vas a perder tu voz, tu ojo independiente.
Tú forma única de ver los procesos que estamos viviendo en una sociedad y de destapar justo lo que está oculto debajo de la superficie, ese es nuestro rol. El rato que me alineo con esa voz política promuevo esa voz no más; ya no veo el resto y pierdo esa amplitud que creo que los jóvenes, el público, la gente agradece, que justo es la vos del mismo político que está en todos los canales.
¿Cómo vive el movimiento cultural ecuatoriano el momento político actual?
Ahí tengo que abarcar áreas que conozco más que otros. Hemos ido varias veces a la Amazonia en específico a la provincia de Orellana, he estado trabajando con la Fundación Alejandro Labaka o con el Municipio del Coca, he viajado por el Rio Napo hasta Nueva Rocafuerte en la frontera con el Perú; He ido a las comunidades con cuentos Napurunas, contando, teatralizando, tratando de hacer algo con la tradición oral de la provincia. Y esto más que nada, a través de un libro magnífico que es de José Miguel Baldaras “Cuentos y leyendas de los Napurunas”. Entonces como artista me voy encariñando con la provincia, conociendo sus tradiciones y conociendo sus contradiciendo; es una de las provincias más petroleras y a la vez existen vestigios antiguos, existen estos pueblos en aislamiento voluntario como los Tagaeri y Taromenani; y toda la problemática que se ha dado ahora alrededor de la matanza de Ompure y luego la venganza de los Waorani con machetes, con carabinas, matando hombre y mujeres. Entonces voy conociendo desde adentro los actores.
Y veo de repente como el gobierno no actúa, o sea, actúa no actuando. Tú ves que hay muchos ministerios atrás y el Fiscal; y son ecuatorianos esos Taromenane, aunque no tengan cedula, hay un asesinato masivo en un Estado que no protege a un grupo que es uno de los tesoros antropológicos, tesoros humano que tenemos en el país, que son estos grupos que viven como hace miles de años atrás; y conserva una forma natural de vivir en la selva, como nómadas.
Como Estado podíamos coger un papel de proteger a estos grupos; pero, lo que actualmente está pasando es una actitud de los indígenas se arreglan entre ellos; si se extermina los grupos Tagaeri y Taromenane no va haber más problemas con los grupos petroleros o los madereros ilegales y todo esto porque no existe el grupo. Entonces esto me indigna, porque todos deberíamos leer este libro “Una tragedia ocultada” este libro de Milagros Aguirre y Miguel Ángel Cabodevilla y otro catedrático italiano; este libro que en un primer intento parecía que lo iban a prohibir y luego el tiro les salió por la culata y proliferó por el internet. Es un relato, te conmueve, muy bien escrito y pinta esta situación del desamparo de estos pueblos en aislamiento voluntario, estos pueblos ocultados por el poder; y documenta paso a paso estas falsas promesas, estas formas de hacer comisiones, de mandar fiscales pero en el fondo no hacer nada.
Las fotos de la matanza circulan en el Coca a través de los celulares y el Fiscal no tiene esas pruebas; cuando preguntas ¿Qué no busco? ¿No quiso buscar? ¿Por qué no le llego? Entonces yo digo esta es la actual situación, la de la provincia de Orellana. Y como estamos a cuatro o cinco horas, muchos en la Capital no nos sentimos sensibles a esta situación y son hermanos ecuatorianos deberíamos velar por su futuro, es más velar por un tesoro que está cerca de nosotros.
Lo otro es toda la cuestión de firmar por el Yasuní. El grupo Yasunidos al cual me siento muy a fin, no he trabajado directamente con ellos más bien, he tratado promover a través de Twitter y Facebook, sus actividades, o promover a otras personas a que firmen por el Yasuní; me parece nefasto que de repente el gobierno proponga otra pregunta para dividir a la sociedad, una pregunta que no tiene nada que ver no la pregunta que planteó el abogado Trujillo. Y que hay un gran miedo en el poder, el poder no acepta las manifestaciones, el poder no acepta voces divergentes.
Y si bien aquí no tenemos, a nivel de movimientos sociales, si hay dirigentes que han sido encarcelados; cosas como este espía que aprisiona las oficinas de la Fundación Alejandro Labaka hace unas dos semanas y tomó una conversación de Milagros Aguirre y gente Waorani y dices: ¿cuál es el fin? Lo que hablaron no fue mucho de lo que uno habla entre una ONG y los diferentes grupos indígenas que hablan y trabajan por el desarrollo; Pero ¿para qué fue este espionaje? Fue un espionaje para dar miedo, fue un espionaje para que ella se sienta mal, en cualquier momento te vamos a espiar y publicar lo que estás haciendo para que te calles y mejor no digas nada.
Este tipo de acciones te hacen preguntarte ¿qué estamos viviendo? ¿Por qué este afán de callar otras voces? ¿Por qué dar miedo, amenazar? ¿Por qué una Ley de Comunicación, que si bien a mí me parece perfecto este 34% para las radios comunitarios, pero vemos en la realidad y la mayoría de las radios son personas aliadas al gobierno y te dices: ¿cómo es esta distribución? ¿Qué gente tan democrática rige esta distribución?
Mi sensación es que cada vez estamos más controlados, estamos en una sociedad cada vez más controlada en cuanto a materia de comunicación, en cuanto a materia fiscal; ciudadanos mucho más controlados que antes y esto siempre puede ser usado por el mal para un ejercicio autoritario del poder. Para mí, que vengo desde mis inicios en el teatro yo hice teatro político, mi fin ha sido que el ciudadano común se apodere de su poder y esto puede ser en tu familia, en tu barrio, a nivel de tu cuidad que se empodere del poder que tiene de su opinión y de cada uno tenga una vos un ojo independiente y meta la cuchara en la cultura ciudadana.
Lo que más me molestas es cuando nos dan haciendo, que nos den haciendo las decisiones, que nos den haciendo lo que tenemos que hacer; y no exista debate, por ejemplo: por el aborto no hubo debate. El debate se calló, es un debate muy incómodo pero necesario; tenemos miles capas millones de abortos ilegales en el país. Mujeres que mueren en este proceso, algunas violadas y no hay un amparo de la ley. El presidente y el partido gobernante no quieren vivir este debate; debate que en mi país se llevó a cabo en los años ochenta y que duro más de un año, pero fue un debate en toda la sociedad; pero aquí se lo evita porque no es un debate muy cómodo.
Y esto me da una constate alerta contra los afanes autoritarios, una sola verdad, una sola voz, que diga lo que hay que hacer, que diga lo que ocurre. Esto para la cultura de un país es castrante, en nuestro poder ciudadano y si pasa algo así hay que luchar. Y así veo un poco mi papel desde el teatro y cuando voy a los medios, como aquí en Wambra Radio. Digo: no estoy de acuerdo, el camino va por otro lado; y este camino hay que pelearlo, hay que dialogarlo, hay que conversarlo, aunque los otros no quieran y por último protestar, protestar en todas las posibilidades que tenemos de levantar nuestra vos.