Del campo y la ciudad: las demandas de las mujeres y disidencias en el Paro

 

 

Por: Mishell Mantuano @MishellMantuan2

Fotos: Viviana Erazo @Vivianaerz y Karla Morales @mora_yana

Foto portada: Andrés León

 

Publicado 12 de julio del 2022

 

Mujeres, feministas y disidencias, del campo y la ciudad, se sumaron al Paro Nacional para sostenerlo desde las ollas comunitarias, los trabajos de cuidado, la movilización en las calles y para evitar la represión en primera línea. ¿Cuáles fueron las demandas de las mujeres en el Paro?

 

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María Rosario Pichamba tiene 60 años, con un sahumador armoniza el espacio del Ágora de la Casa de la Cultura, pidiendo paz y pronta solución, para que “nadie más se manche las manos de sangre”.

–Mi lucha es como madre. Tengo cuatro hijos y no tengo alimentos en casa para ellos – dice María mientras lleva su mano derecha hasta su pecho y con la izquierda sostiene un palo santo. En su mirada se nota la preocupación y la angustia.

María tenía un negocio de venta de comida, pero cuenta que para sostenerlo cada vez está más difícil.

–Hoy, ya no puedo comprar pescado, el limón está muy caro, al igual que el tomate. Y con la edad que tengo, no puedo conseguir un trabajo.

María cuenta que esas son las razones por las que decidió unirse al Paro Nacional convocado por organizaciones indígenas y otros sectores sociales, además participa porque hay una voz dentro de ella que le habla que debe estar en apoyo al resto de mujeres que, al igual que ella, también participan de la lucha y la resistencia.

–Las peticiones son para el bien común, beneficia a todos y todas –dice segura.

 

La situación y la historia de María Rosario no es diferente  a la de María Silvia Chango, otra de las mujeres presentes en la protesta. María Silvia tiene 42 años y se movilizó desde Pelileo, provincia de Tungurahua, llegó hasta Quito por lo que ella denomina “una causa justa” y para rechazar la subida de los productos de la canasta básica que le afecta.

Según el Instituto  Nacional de Estadística y Censos, INEC, la canasta básica en Ecuador es  724,39 dólares, mientras que el salario básico es de 425 dólares. María, como muchas de las mujeres en Ecuador, no cuenta con un trabajo estable ni un salario básico, sino que vive del día a día. En Ecuador, hasta noviembre de 2021, el 5,8% de las mujeres en la población económicamente activa estuvieron en situación de desempleo, mientras que la tasa de los hombres fue de 3,4%. Esa diferencia de 2.4 puntos fue significativa, según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU)

–Somos madres, el presidente no toma importancia a nuestras necesidades –agrega María Silvia, mientras golpea el suelo con una lanza que sostiene en la mano derecha.

–Las mujeres cocinamos para nuestros hijos, nos hace falta todo. El aceite está muy caro, no nos alcanza. Por eso salimos a luchar. Las mujeres somos valientes, luchadoras y sacaremos el país adelante.

Otra de las razones por las cuales María Silvia se movilizó es por la subida de los combustibles y la corrupción que, dice, viene del  gobierno. Además, pide justicia para sus hermanos de lucha fallecidos durante los días de Paro Nacional. En total, durante los 18 días de protestas, murieron 7 personas, de las cuales 6 son indígenas y jóvenes, y uno es militar.

 

Dolores Guapi también se sumó al Paro, tiene 56 años y es madre de 4 hijos, se movilizó desde la provincia de Chimborazo, dejando a sus hijos en casa. Dolores comparte similar realidad a la que viven María Rosario y María Silvia: le afecta la subida de la canasta básica, como el aceite indispensable para cocinar. Su protesta es justa, añade. Pero cuenta que los policías y militares “no están respetando eso”.

–Ellos ayer me pegaron –mientras me muestra su pómulo izquierdo que aún está hinchado por el golpe que recibió –Ellos no han sabido ayudar a los pueblos.

 

Al igual de las mujeres indígenas las y los jóvenes también se unieron al Paro y se tomaron los espacios para expresar sus demandas y exigencias. Una de ellas es Zaren Aranda,  joven de 19 años de la nacionalidad Shiwiar, de la provincia de Pastaza, en la Amazonía ecuatoriana.

–La cuestión económica me impulsó a venir hasta acá. La mayoría no tenemos trabajo Además soy una joven estudiante que no ha podido ingresar a la universidad. Por eso me he unido a este paro desde el día lunes– cuenta Zaren mientras se prepara para ir al Ágora de la Casa de la Cultura, desde la Universidad Politécnica Salesiana, una de las zonas de paz y acogida.

–Hay que fortalecer las juventudes y que el gobierno nos brinde las oportunidades necesarias para acceder a educación y empleo– dice.

 

Catalina Mendoza, está con una máscara roja, en sus manos sostiene una tela del mismo color, baila, mientras sus compañeros tocan la quena. Sus movimientos reflejan la pasión por la danza y la cultura. Catalina es una artista independiente y bailarina.

–Estoy aquí para apoyar como quiteña por mejores días– dice.

Ella apoya los 10 puntos planteados por la Conaie, el movimiento indígena y las organizaciones sociales.

–Además, porque es necesario el reconocimiento y la garantía de derechos para los indígenas, empobrecidos y discriminados– agrega. Y recuerda el asesinato de Henry Quezada Espinoza de 39 años, ex estudiante del colegio Mejía.

–Eso no lo vamos a permitir. Ni perdón ni olvido– concluye.

Las personas de las diversidades sexo genéricas, y disidencias también se hicieron presentes en el Paro Nacional. Durante la Asamblea Popular que se desarrolló el 24 de junio de 2022, en el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito, Devy Grijalva, comunicadora transfeminista, activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ tomó la palabra al igual que los líderes, lideresas y representantes de las organizaciones indígenas y movimientos sociales.

“Las disidencias sexuales nos hacemos presentes aquí para decirles que también somos pueblo. Creamos cultura. Somos un grupo minoritario, pero existimos y las maricas tenemos nuestras cuerpas libres y soberanas y así queremos que sea todos los días.” A sus demandas agregó una que el movimiento de mujeres, feministas y disidencias ha levantado los últimos años:  la necesidad del  un aborto legal, seguro y gratuito.

Las palabras de Devy, también apelaron a rechazar el racismo que se hizo presente en redes sociales en contra de los y las manifestantes desde que empezó el Paro Nacional “a este gobierno de turno queremos decirle que es racista, homofóbico, transfóbico y misógino. Y lo vamos a destruir, al igual que al patriarcado”.

Mientras Devy hablaba, desde el fondo de la tarima del Ágora se escuchaban los gritos de apoyo del resto de mujeres, feministas y disidencias presentes.

¡Mujeres en resistencia, mujeres en resistencia! gritaban en coro.

 

 

A los pedidos de las mujeres, feministas y disidencias, se sumó el cese de la masacre y la represión a los y las manifestantes del Paro Nacional por parte de la Fuerza Pública.

El presidente Guillermo Lasso en su mensaje a la nación , de 24 de junio de 2022, dispuso el uso de “recursos legales que la ley le faculta para enfrentar a los vándalos y criminales”.

“La Policía y las Fuerzas Armadas actuarán con los medios necesarios para defender, mediante el uso progresivo de la fuerza, la democracia. La intención verdadera es generar un golpe de estado y por eso hacemos un llamado a la comunidad internacional para alertarlos”, agregó el presidente Guillermo Lasso en su mensaje a la nación. .

Minutos después del mensaje, empezó una fuerte represión en contra de manifestantes que se encontraban en la Casa de la Cultura, fueron perseguidos varias cuadras y el personal médico tuvo que formar una cadena humanitaria para socorrer a las personas heridas. A su vez, fueron mujeres las que de rodillas y en oración pidieron parar la represión.  

Así, de manera organizada y para pedir que paren la masacre y la violencia estatal que se perpetuó en los días de Paro Nacional, las mujeres, feministas y disidencias realizaron una marcha desde el redondel José Martí hasta la Casa de la Cultura.

Asimismo, desde la Tribuna del Sur, el 28 de junio, mujeres feministas y disidencias marcharon para reiterar sus demandas y pedidos. Durante la manifestación, Natalia Sierra, tía de Ernesto Flores, líder del Movimiento Guevarista, detenido el 19 de mayo de 2022, dijo que eran muchas las razones que la hacían participar de la marcha. Pero la principal de manera particular “para pedir libertad para los ocho miembros del grupo Guevarista que fueron acusados como terroristas”. 

Con cantos, pancartas, consignas y una batucada la marcha avanzó hasta el Centro de Quito. “Vea, vea, vea. Qué cosa más bonita. Mujeres y maricas luchando por la vida” eran uno de los cantos que se escuchaban durante la marcha.

Estas marchas mostraron la articulación entre mujeres de distintos sectores, feministas y las disidencias. La manifestación llegó hasta la Basílica del Voto Nacional, desde ahí Pakarina Champutiz agradeció a las mujeres y las disidencias que sostuvieron los centros de acopio durante los 18 días de Paro Nacional.

Nancy Bedón parte de la Unión de Organizaciones Campesinas de Esmeraldas también participó de la marcha y dijo “nosotros sabemos cuánto sufrimos, resistimos una sociedad explotadora, discriminadora y racista. Este pueblo es diverso, hermoso, trabajador.  Nosotras las que parimos tenemos las cosas muy claras, aquí hay un gobierno de derecha, clasista. Hay un pueblo empobrecido y unos ricos que quieren gobernarnos a costa de la vida”. Mientras su voz se quebraba continuó diciendo:

“La pobreza nos mata poco a poco, nos quita la posibilidad de soñarnos felices, soñarnos con una casa, una familia feliz, porque debemos ser esclavos de un sistema financiero que cada día nos aprieta el cuello. Es hora de meter en las calles el corazón y la fuerza que tenemos todas y todos. Gracias por luchar, hombro a hombro, pie a pie con un solo puño ¡carajo!”.

Nayra Chalán, vicepresidenta de la Ecuarunari, también participó de la toma de la palabra, para ella los espacios de lucha muestran la unidad del pueblo. “El facismo no le puede ganar al pueblo que está reclamando derechos”, agregó.

 

Las mujeres, feministas y disidencias se mantuvieron en vigilia en la Basílica del Voto Nacional, cantando, bailando y recitando. Zeta vocera de la Asamblea de Mujeres y Disidencias recordó a las 6 víctimas de la represión policial en el contexto del Paro Nacional y recitó un poema:

 

“Mi tumba no la anden buscando, porque no la encontrarán.

Mi voz, la que va gritando, mi  sueño el que sigue entero

sepan que sólo muero si ustedes van aflojando,

porque quien murió peleando vive en cada compañero,

compañera y compañere.”