¡Justicia para Johu!
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Por: Viviana Erazo @vivianaerz
Fotos: José Mosquera
Publicado 08 de febrero de 2022
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Johanna Guayguacundo, periodista, fundadora y codirectora del medio digital Wambra Sapo fue víctima de femicidio. Su ex pareja, contra quien tenía una boleta de auxilio, es investigado por el crimen. Como Johanna, en Ecuador, en 2021, 9 mujeres víctimas de femicidio tenían boleta de auxilio en sus manos y 43 reportaron antecedentes de violencia antes de ser asesinadas. Periodistas, comunicadoras, amigos y familia exigen: ¡Justicia para Johu!
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Todas las mujeres tenemos sueños, son diversos como todas nosotras y desde hace no mucho tiempo tenemos la posibilidad de realizarlos en libertad, al menos en lo formal. Estudiar para ser una profesional, tener voz en una sociedad machista sigue siendo un reto, pero nuestras voces resuenan. Para quienes somos mujeres periodistas, ser fundadoras de nuestros propios medios también era inalcanzable, pero nos abrimos caminos. Así lo hizo Johanna Guayguacundo, periodista, fundadora y codirectora del medio digital Wambra Sapo.
Johanna, Johu como le dicen las personas cercanas, se graduó en 2018 de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, y junto a su grupo de compañeras de universidad cofundó el medio digital Wambra Sapo. Desde el espacio digital buscaba ayudar a organizaciones sociales, en especial animalistas, e informar al público joven. Johanna quería llegar con un mensaje que vaya más allá de la simple información “ella quería ayudar a la gente y educarla mediante la comunicación para que pueda elegir. Nunca se rindió y nos motivaba a todas cada día” dice Andrea Arias, su mejor amiga y compañera de medio.
Ana Guayguacundo, su hermana mayor, recuerda que Johanna “vivía con una sonrisa, tenía sus ideales de cambiar al mundo, era muy hogareña y quería sin fin a sus siete sobrinos, los alentaba a que sean buenas personas y alcancen sus sueños”. Para Ana, su hermana fue un ejemplo de lucha y de ayuda para todas las personas que la conocieron.
Johu tenía 29 años y era jefa de redacción en su medio de comunicación, según Andrea era intachable en la ortografía y siempre fue la que destacó en redacción desde el colegio, pues ahí se conocieron. Para que su organización crezca siempre buscó alianzas, lo que la llevó a colaborar en el medio Hoja de Ruta.
Tamara Hidrobo, comunicadora feminista y colaboradora también del medio Hoja de Ruta, dice que lo que más recuerda de Johanna es que cuando se despedían junto a sus amigas para ir a casa, todo se detenía en el lugar cuando el director de la radio decía:
– Espérate que las guaguas se van.
Tamara recuerda que siempre salían en grupo acompañándose y el director les repetía que vayan con cuidado y que avisen cuando lleguen a la casa.
Esa noche Andrea acompañó a Johanna hasta la parada de bus y después dejó de recibir sus mensajes. Esto ya había pasado antes cuando su ex pareja, Carlos E., destruyó su celular; pero hace más de un año que ella se había alejado de él.
Johanna mantuvo una relación llena de conflictos y agresiones que se intensificaron con el paso de los años “a pesar de no tener ningún tipo de información sobre lo que era maltrato psicológico o sobre los primeros signos de agresión, nosotras sentíamos que eso no estaba bien” dice Andrea.
Al inicio de su relación Johanna empezó a cambiar su forma de vestir, ya no hablaba con sus compañeros sobre su relación y empezó a presentar signos de violencia. Las agresiones empezaron a incrementarse paulatinamente y cada vez fue peor. Hasta que Johanna decidió buscar ayuda y poner fin a ese círculo de violencia. Acudió a la justicia y obtuvo una boleta de auxilio para que Carlos E. no se acercara, pero eso no fue suficiente.
Geraldine Guerra, directora de la Red Nacional de Casas de Acogida, ha trabajado con mujeres víctimas de violencia desde 2010 y destaca que hay una arista importante que debe considerarse en las cifras presentes en el país sobre femicidios “Las estadísticas al cierre del 2021 determinaron que al menos 9 víctimas de femicidio tenían una boleta de auxilio y 43 mujeres habían reportado antecedentes de violencia”.
Desde agosto de 2014 hasta el 23 de enero de 2022 el número de víctimas de femicidios en Ecuador fue de 1.310, según el registro de feminicidios de Fundación Aldea. Este no solo es un número, son 1.310 sueños apagados, a los que se suma el de Johanna.
El Código Orgánico Integral Penal (COIP), en su artículo 282, establece que en el caso de que a una persona víctima de violencia se le conceda una boleta de auxilio contra el agresor o miembros del núcleo familiar, y posteriormente es agredida física o psicológicamente por el mismo atacante, a quien previamente se le notificó con la extensión de la boleta, Fiscalía debe investigar tanto la agresión física o psicológica, como el incumplimiento de decisión legítima de autoridad competente. Si el agresor incumple la boleta de auxilio y se acerca a la denunciante será sancionado con privación de libertad de uno a tres años.
Para Gerladine esta es la principal falla en el sistema judicial que debería proteger a las mujeres “No hacen nada más que extender una boleta y no se realiza ningún seguimiento, las mujeres para las que ya de por sí es difícil contar a lo que están expuestas, se terminan cansando de pedir ayuda y no recibir respuesta”.
El caso de Johanna no fue distinto. Andrea lo cuenta con rabia “Denunciamos que él la amenazaba, pero nunca hicieron nada, solo le decían que se aleje, cuando ella ya se había alejado hace más de un año y era él quien no la dejaba en paz”.
Un comunicado firmado por varios colectivos y medios de comunicación de Ecuador denuncia que las boletas de auxilio no vienen con un acompañamiento integral, refiriéndose al accionar de las instituciones pertinentes en la erradicación de la violencia contra la mujer y las cifras de femicidios en el país. En el comunicado se preguntan “¿Fue posible evitar el asesinato de Johanna y decenas de mujeres que dieron alerta sobre el peligro al que estaban expuestas?”
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Compañeras de Johanna del medio digital alternativo Wambra Sapo y familiares realizaron el martes 08 de febrero un plantón en los exteriores de las instalaciones de la Fiscalía de Violencia de Género, ubicada en el sector de Calderón, al norte de Quito, donde se desarrolla el proceso fiscal.
Ahí estuvo presente Ana, su hermana, Andra y varias de sus compañeras de trabajo y universidad. Tanto Andrea como Ana coinciden en que la exigencia a las autoridades es un acompañamiento en el proceso para tener acciones de reparación frente a la falta de protección. A Johanna no se le permitió denunciar la agresión psicológica de la que era víctima “Nos dijeron que el problema se resolvería si no le hacía caso, y ella no le hacía caso, él le perseguía. Quisiera que el sistema pueda acompañar de mejor manera a las mujeres y que ella sea la última” concluyó Andrea.
Ana Guayguacundo, hermana de Johanna dijo que buscan que a su victimario se le aplique la pena máxima estipulada en 26 años y que con agravantes podría ascender hasta 29 años con 4 meses.
El abogado encargado del caso no dio declaraciones, pero se conoció por Andrea que el viernes 11 de febrero realizarán otro plantón a las afueras de la Fiscalía General Provincial de Pichincha ubicada en la Av. 9 de octubre y Patria, en Quito, a las 10 de la mañana, para volver a gritar: ¡Justicia para Johu!